Cultura

Una asignatura pendiente

  • El tercer número de la revista 'El Canon' está dedicado al compositor de música académica Mauricio Sotelo

Dir. Juan Verdú. El Canon, 137 pp.

De la misma manera que este tercer número de la revista El Canon no consigue meterle mano a la obra de Mauricio Sotelo, el compositor todavía no ha conseguido meterle mano al cante flamenco. El Canon. Revista de arte flamenco le dedica un número en el que se habla de Mauricio Sotelo como "compositor flamenco". No estoy de acuerdo con este calificativo. Los artículos, firmados por estudiosos tan solventes como Juan Ángel Vela del Campo o Andrés Ibáñez, se paran, se pierden, en torno a generalidades, en su mayor parte laudatorias, siempre con tópicos más o menos existencialistas, a propósito de la brillante "ocurrencia" de Maurio Sotelo de inspirarse en el flamenco para una parte de su obra. Tan sólo el texto de Pedro Ordóñez Eslava, Mauricio Sotelo, el flamenco de hoy, hace un intento analítico, desde las convenciones de la música académica, aunque bien informado de algunas cuestiones flamencas, de la obra de Sotelo. No conozco la obra para guitarra del compositor madrileño.

Conozco algo de su obra de cámara, esa que incluye la voz flamenca, en concreto la editada con el título De oscura llama, inspirada en los sonetos del amor oscuro lorquianos, por el sello Diverdi. La obra es de una dificultad enorme para el cantaor. No por las exigencias de la pura melodía, sino por las dificultades que exige incorporar estilos que el cantaor no lee sino que recuerda, con un acompañamiento, bajo un contexto armónico, tan inhabitual como el que propone la música académica contemporánea, o la música académica contemporánea de Mauricio Sotelo. Me refiero a que resulta poco habitual en relación con lo que suele hacer el cantaor en sus recitales al uso. Porque la melodía que hace, en este caso Arcángel, en De oscura llama son las melodías habituales en el flamenco: granaínas, soleares, tonás ... Lo que cambia, ya digo, es el acompañamiento, por decirlo así, instrumental. Por supuesto que no se trata de acompañamiento ya que la parte instrumental es el centro de la obra, mientras que la voz es una añadido. Así que Sotelo lo que hace con el flamenco es inspirarse en él e incluirlo como nota de color, exótica, filosófica o lo que se quiera. Todavía resta un trabajo de estilizar la voz flamenca con los instrumentos de la música académica contemporánea. Sé que es mucho pedir. Pero si hay alguien que puede hacerlo, esos son Sotelo y Arcángel. Por eso creo que De oscura llama, más que una obra flamenca, debe ser considerada una obra de inspiración flamenca. De la misma manera que es una obra de inspiración lorquiana.

Albéniz atrajo hasta el piano nacionalista, hasta la música contemporánea de su tiempo, algunos elementos del flamenco, proyectándolos a nuevos universos melódicos y armónicos. En el ámbito orquestal lo hicieron Falla y otros compositores. Pero la asignatura de la voz flamenca está aún por explotar. Compositores contemporáneos en la música flamenca, es decir compositores de música contemporánea flamenca, han sido y son Paco de Lucía, Cano, Diego Amador o Jorge Pardo. En el capítulo de la voz, el último innovador, con permiso de Morente, fue Pepe Marchena. Lo de Morente es otra cosa: su innovación, a mi entender, más que al nivel técnico, es a nivel de expresión (que desde luego, es lo que más nos importa). La voz flamenca, hoy, sigue siendo, por tanto, una asignatura pendiente.

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