Cultura

Para amantes del melodrama

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'Dear Joh'.-Producción: Estados Unidos, 2009. - Duración: 105 minutos. - Dirección: Lasse Hallström. - Guión: Jamie Linden basado en la novela de Nicholas Sparks. - Fotografía: Terry Stacey. - Música: Deborah Lurie. - Montaje: Kristina Boden. - Intérpretes: Channing Tatum, Amanda Seyfried, Richard Jenkins, Henry Thomas, D. J. Cotrona, Cullen Moss, Scott Porter, Leslea Fisher, William Howard.

El mejor recuerdo que tenemos del director sueco Lasse Hallström se refiere a sus películas ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993), Las normas de la casa de la sidra (1999) y Chocolat (2000); el resto de su filmografía se diluye en la sombra del olvido sin pena ni gloria. No creo que esta nueva realización, Querido John, versión cinematográfica de una novela homónima de Nicholas Sparks, un escritor cuya literatura no es la más recomendable, aporte nada valioso a su currículum como director. Y eso que de Sparks ya tuvimos dos adaptaciones de éxito: Un paseo para recordar (2002) y El diario de Noah (2004). Su habitual familiaridad con el melodrama encuentra aquí grados considerables de afectación y fácil sensiblería.

El protagonista es John, un soldado norteamericano, que tras abandonar sus estudios para incorporarse al Ejército, ahora goza de un permiso en la ciudad de la costa donde nació. En realidad, aún no ha logrado definir su destino en la vida. Coincide en la localidad costera con las vacaciones de Savannah, una chica de familia acomodada. Tras dos semanas de una relación que ha ido a más, el amor más apasionado se adueña de la pareja. Ella se siente especialmente identificada con su padre, viudo, que está obsesionado con su colección de monedas. A la hora de separarse están prometidos y quedan en mantener una fiel correspondencia. Surge el sorprendente ataque del 11-S y John se plantea reengancharse en el Ejército al servicio de su patria. De lo que ya no está tan seguro es de si Savannah podrá resistir tan larga separación.

Lasse Hallströn no se ha esforzado en ningún momento en salirse de los cánones de ese cine acarameladamente romántico que suele surgir de las novelas de Nicholas Sparks como ya hemos visto. Con una factura absolutamente artesanal, dentro de una clara corrección técnica y estética notables, una cierta sensibilidad y una distinguida delicadeza formal, el realizador se muestra decididamente acorde con su antecedente literario, no puede evitar esos acentos dramáticos que tienden a la lágrima fácil para complacencia de los espectadores más sentimentales. Y todo a pesar de que Hallström ha tratado de limar en lo posible esa propensión al drama.

No puede extrañar, por tanto, que esta película fuera la primera en desbancar a Avatar (2009) en la lista de los títulos más taquilleros en Estados Unidos cuando, además, el film cuenta con todos los elementos o atractivos para cautivar a los amantes de estas historias: una encantadora pareja protagonista, compuesta por Channing Tatum y Amanda Seyfeld, que, bien secundados por Richard Jenkins, interpretando sobriamente un personaje con una tara psíquica, cumplen con ese modelo de cine emocional o emotivo que sigue dándole éxitos a Hollywood.

Pero nada de todo esto, de estas aparentes bondades para la galería y adoradores del melodrama, puede disimular lo previsible de la historia, las concesiones a un público generalizado y el conocido material de esta clase de pretextos románticos. Pero no nos engañemos:eso es lo que se ha pretendido en esta película.

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