Gerardo Olivares. Director de cine

"Ya se acabaron los animales y los niños: ya he hecho la trilogía"

  • El 16 de diciembre llega a las pantallas la nueva cinta del realizador, 'El faro de las orcas', protagonizada por Maribel Verdú. Le gustaría celebrar el estreno mundial en Córdoba.

El 16 de diciembre llega a los cines El faro de las orcas, la nueva película de Gerardo Olivares, basada en la historia real de una madre que viaja hasta la Patagonia argentina con su hijo autista para encontrarse con Beto, un guardafauna que tiene una relación muy especial con las orcas salvajes.

-¿Qué ha supuesto en su trayectoria la experiencia de rodar esta película?

-Una película más. Muy complicada. Logísticamente ha sido una película muy compleja porque una parte se rodó en la Patagonia, en una zona muy aislada, de muy difícil acceso, donde no había nada, y las condiciones meteorológicas han sido durísimas, sobre todo por el viento y por los cambios de luz. En el día había cuatro estaciones: amanecía con sol, luego entraba la niebla, luego llovía, volvía a salir el sol..., y esto cuando se rueda en exteriores es una locura por lo que se conoce como raccord de luz. Rodamos parte allí y parte en Fuerteventura, y hay secuencias en las que un plano está rodado en un sitio y un plano en otro. Pero toda esta complicación en la película no se refleja. Si la gente supiera lo que hay detrás... Entrelobos fue complicada de rodar, pero esta lo ha sido más. Ya sabes lo que decía Hitchcock: hay que tratar de evitar hacer películas con niños y con animales...

-Usted le ha hecho caso...

-Los lobos estaban más o menos controlados, pero a una orca salvaje no la controla ni Dios.

-¿Qué le llamó la atención de esta historia y qué aspectos quería subrayar?

-Esta historia está basada en un hecho real que descubrió mi productor, José María Morales, hace 12 años. Fue a la Patagonia al rodaje de una película de Luis Puenzo que él coproducía, La puta y la ballena. Estando en Península Valdés conoció a Beto Bubas y descubrió que lo que él hacía, y sobre todo un hecho que le contó, merecía ser llevado al cine. Cuando él volvió me habló (yo estaba entonces rodando La gran final en Mongolia) de Beto Bubas y de su historia que él quería llevar al cine. A mí me atrae muchísimo, y no sé por qué, el hecho de que hay ciertos personajes por el mundo perdido que tienen una relación muy especial con animales salvajes. Eso me parece muy fascinante en los tiempos en los que vivimos y en el modo de vida que tenemos. Cada vez tendemos más a vivir en las grandes ciudades, abandonar el campo, olvidarnos de la naturaleza... Que haya gente que se resiste a eso y ha conseguido crear un vínculo tan fuerte con animales salvajes me llama mucho la atención. Me pasó con Marco y los lobos y me ha pasado con Beto y las orcas.

-Él publicó un libro en el que se basa la película. ¿Cuánto hay de fidelidad a la historia original?

-El libro de Beto, Agustín corazón abierto, es un relato muy cortito de una experiencia que él tuvo con un niño con autismo. Para escribir el guión yo parto de ese relato. Para mí es un punto de partida. Es un hecho muy concreto que duró muy poquitos días; una madre con su hijo con autismo que ve en una revista una foto de Beto con las orcas y el niño se emociona, pone la mano en la foto, sonríe y dice "yo": es la primera vez que ese niño dice algo. La madre, al ver la reacción del niño, se lo lleva a donde vive Beto. Este es el punto de partida que yo uso para desarrollar la historia.

-Trabaja usted aquí con la técnica de la animatrónica...

-Es una técnica que se lleva usando bastante tiempo en el mundo del cine. De hecho, Tiburón de Spielberg está hecha con un tiburón de mentira que se mueve con unos mecanismos que intentan parecer que sea de verdad. La experiencia es muy gratificante porque te permite hacer cosas que con una orca de verdad serían imposibles, pero por otra parte supone mover a un bicho que pesa muchísimo en un medio que es jodido, el mar, y eso se traduce en que si normalmente ruedas diez o doce planos al día en una película, cuando usas animatronic a lo mejor ruedas cuatro o cinco. Moverlo de sitio, anclarlo, colocar las cámaras..., supone mucho tiempo, y esto ralentiza mucho el rodaje, así que había que tener muy claro cuáles eran realmente los planos en que lo necesitábamos y planificarlo todo muy bien. Esto es una mezcla de imagen real, de planos de orcas en libertad que he rodado en la Patagonia, planos con animatronic y planos con CGI, es decir, orcas en 3D, creadas en el estudio. En la combinación de las tres reside lo complicado, porque lo que busco es que el espectador no sepa cuál es la de mentira y se crea la historia que le estoy ofreciendo. Cuando trabajas con animatronics la línea entre el éxito y el fracaso es muy fina.

-¿Cómo ha sido el trabajo con Maribel Verdú?

-Muy bien. Maribel es una actriz con muchísima experiencia y que se involucra mucho en los proyectos. No dice que sí a cualquier proyecto: se mete en los que realmente le apasionan. Recuerdo que le mandé el guión un jueves y el viernes ya me estaba llamando a casa para decirme: esto lo tengo que hacer yo como sea. La experiencia de rodar en la Patagonia, en un lugar tan aislado, es algo para lo que no todo el mundo está preparado. Pero ella estaba feliz. Para ella ha sido la experiencia de su vida, lo ha dicho en los medios de comunicación. Hay tres películas que han marcado su vida: Belle Époque, La buena estrella y El faro de las orcas.

-¿Con cuántas copias sale la película?

-No lo sé todavía, pero sé que como mínimo 150. Lo que estoy intentando es hacer el estreno mundial en Córdoba, pero para eso necesito que me echen una mano las autoridades. Estoy empezando a moverme a ver si lo consigo; si no, lo tendré que hacer en Madrid.

-¿Estará la cinta en algún festival?

-La película la ha comprado Netflix para todo el mundo. Y si tiene recorrido en festivales, estupendo. Sé que mi productor la quiere presentar en la Berlinale, pero no puedo decir mucho más.

-Tiene otro filme pendiente de estreno, Hermanos del viento (antes llamado El camino del águila).

-La idea es estrenarlo en España antes de Semana Santa. Ya se ha estrenado en varios países.

-¿Algún proyecto nuevo?

-Estoy escribiendo. Pero ya se acabaron los animales y los niños: ya he hecho la trilogía. Estoy escribiendo una road movie por África, una historia de personajes, una cosa que yo viví en el año 90 cuando me crucé el desierto del Sahara en un Seat Panda.

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