Medio centenar de turistas tuvieron la oportunidad de vivir una experiencia única a la hora de alumbrar el vino más exclusivo: uno elaborado por sus propias manos. Ésta fue la experiencia que, en Bollullos Par del Condado, brindó el Grupo Sentire en una jornada en la que los asistentes pudieron descubrir ese proceso alquímico que interviene desde que la vid es cosechada en el campo hasta que esta se transforma en vino.

Coincidiendo con el día Mundial del Turismo la jornada comenzó con un desayuno campero en Bodegas Andrade, compuesto por tostón con aceite, bacalao, huevo duro, manteca de cerdo ibérico, tortas y frutas; todo ello acompañado de mosto, vino dulce y zumos.

Desde el templo vitivinícola un tren turístico trasladó a los jornaleros hasta una explotación agrícola, más concretamente en el Paraje La Parilla, dentro del Espacio Natural de Doñana, donde se les explicó sobre el terreno el proceso de vendimia y los cuidados y tratamientos que reciben las cepas antes de que ésta nos regale su mejor vid.

Una vez recolectada la uva, los participantes acudieron al Centro de Interpretación del Vino del Condado de Huelva a fin de disfrutar de forma interactiva y visual del patrimonio y la cultura del vino de esta comarca onubense, recapitulando hechos históricos como el de unos caldos que embarcó el entonces almirante Cristóbal Colón en los navíos que le llevarían al nuevo mundo. Acto seguido se llevó a cabo el proceso de molturación de la uva para extraer su jugo exprimiendo la vid a la antigua usanza: pisándola con los pies. Luego en una charla técnica se describió el proceso de elaboración y crianza del vino, tanto por medio oxidativo como biológico.

La experiencia también fue gastronómica a la hora de reponer fuerzas. Un almuerzo con una constelación de los productos que son santo y seña de nuestra cocina bajo la iniciativa promovida por la Diputación Que sea de Huelva, en la que las recetas maridan con cinco vinos de la Denominación de Origen Condado de Huelva, cuyo carrusel comenzaba con los jóvenes afrutados, que también acompañan al queso y chacinas de Huelva; pasando por los generosos frente a primeros platos más intensos en sabor; o los dulces típicos para acompañar postres artesanales que siguen al pie de la letra las recetas ancestrales.

La experiencia se cerró con un doble taller de etiquetas de vino y de iniciación a la venencia a fin de completar todo este ritual ancestral que corre por las venas de la comarca pero que, en ocasiones, es tan desconocido para quienes residen en la ciudad.

El gerente de la empresa promotora, Víctor Vega, destacó que el objetivo es que los amantes de este manjar "descubran sobre el terreno todos los eslabones de la cadena que interviene desde que la vid es recolectada en las tierras del Condado hasta que el producto es servido en nuestra copa".