Cultura

Terry Gilliam regresa al futuro

Terry Gilliam despliega de nuevo su fantasía para ilustrar la incomunicación del presente y plantear cuestiones de calado filosófico en su nuevo trabajo, que se presentó ayer a concurso en la Mostra. Protagonizada por Christoph Waltz, que no acudió a Venecia para defender la película, The Zero Theorem cuenta con las colaboraciones esporádicas de Matt Damon (que se sumó al proyecto sin siquiera leer el guión), y Tilda Swinton, además de con la francesa Mélanie Thierry y el británico David Thewlis. La cinta cuenta la historia -que recuerda mucho a un episodio de la serie televisiva Black Mirror- de un genio que trabaja para una gran empresa intentando resolver un complejo problema matemático mientras espera una llamada telefónica que le revelará, supuestamente, el sentido de la vida.

Aunque la película fue presentada como la tercera parte de una hipotética triología conformada por Brazil y 12 monos, Gilliam lo desestimó. "No pensamos en términos de triología, porque parecería que somos más inteligentes, profundos y académicos de lo que somos", señaló, aunque sí reconoció que su nueva cinta "tiene más relación con Brazil de lo que yo había pensado en un primer momento". "¿Todavía tenemos relaciones reales o sólo virtuales? Parece que el mundo corporativo nos controla y la gente tiene miedo de hacer preguntas. Los empleados de las grandes empresas no cuestionan lo que hacen, se limitan a trabajar", afirmó el ex Monty Python sobre la principal inquietud que quería plantear con este filme.

The Zero Theorem, que recibió tan sólo un tibio aplauso tras su pase de prensa, no consigue atrapar del mismo modo que Brazil o El rey pescador, largometraje este último con el que Gilliam levantó el León de Plata en Venecia. Una de las razones podría ser que el guión no es propio, a diferencia de esos otros trabajos citados, sino de Pat Rushin.

Más cálida fue la acogida para el niño prodigio del cine canadiense, Xavier Dolan, que presentó el thriller psicológico Tom à la ferme, que dirige y protagoniza. El más jóvenes de todos los realizadores a concurso -24 años- sigue dando vueltas al tema de la homosexualidad con la historia de un joven cuyo novio muere y acude a su funeral en una granja perdida de Canadá. Allí se ve obligado por el hermano del difunto a mantener escondida su identidad sexual para mantener las apariencias ante la madre. "Antes de los homosexuales aprendan a amar, tienen que aprender a mentir", lamentó Michel Marc Bouchard, autor de la obra teatrao en la que está basada la película, de la que es guionista. La película es "una psicosis, una inmersión en la profunda neurosis de dos personas que intentan llenar un vacío", explicó Dolan, autor de la aclamada Laurence Anyways, así como de J'ai tué ma mère (He matado a mi madre), que le valió, con sólo 19 años, el premio al mejor guión de la Quinzaine des Realisateurs del Festical de Cannes.

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