Cultura

Supersalidos

CineBox Aqualon Puerto Huelva y Multicines Al Andalus Ayamonte y Punta Umbría.- T.O.: 'Get him to the Greek'.- Producción: Estados Unidos, 2010.- Duración: 110 minutos.- Dirección y guión: Nicholas Stoller.- Fotografía: Robert D. Yeoman.- Música: Lyle Workman.- Montaje: William Kerr y Michael L. Sale.- Intérpretes: Jonah Hill, Russell Brad, Elizabeth Moss, Rose Byrne, Colm Meaney

Tratándose de una producción de Judd Apatow, habitual de las comedias más descerebradas y grotescas, nada puede extrañarnos esta vuelta al espíritu - si es que podemos llamarlo así - de Supersalidos - de ahí el título que le he endilgado a la crítica - y Lío embarazoso, ambas producidas en 2007, por citar sólo dos ejemplos de ese cine estrafalario pero muy rentable que ha hecho de este productor el rey de la comedia de este calibre más bien gamberro y una especie de rey Midas de cuantas películas emprende.

Aaron Green, el protagonista, es un joven ambicioso que al servicio de una empresa discográfica ha de acompañar desde Londres al gran divo del rock, Aldous Snow, a una actuación en el Greek Theatre de Los Ángeles, pasando por Nueva York y Las Vegas Será el comienzo de una gira decisiva tras su vuelta a los escenarios de los que ha estado alejado algún tiempo. Al saber que su gran amor, la modelo y estrella del pop, Jackie Q. está en California, Aldous, músico prestigioso que debido a una separación se ha dado a la bebida y es incapaz de componer un nuevo éxito, decide tratar de recuperarla. El concierto es inminente pero el incauto representante de la discográfica se ve obligado a internarse en una zona atestada de camellos londinenses, grupos de tipos de los barrios bajos de Nueva York y bailarines de Las Vegas, antes de entregar al cantante sano y salvo.

No sé si quienes me leen, favor que les agradezco, recuerdan otra comedia por el estilo, Paso de ti (2008), de este mismo director, Nicholas Stoller, donde ya conocimos al rockero Aldous Snow. El realizador con su mismo equipo nos devuelve a este estrambótico personaje a quien encarna de nuevo el actor cómico y presentador de radio y televisión, el británico Russell Brand. Aún con las tendencias convencionales y a veces edulcoradas de la comedia norteamericana actual, Todo sobre mi desmadre, nos recuerda demasiado a un ejemplo del género más reciente, Resacón en Las Vegas (2009). Entonces, como ahora, no falta la propensión hacia esa clase de comedia desalmada, gamberra, desmadrada y soez en ocasiones, almibarada siempre con el pretexto del humor aunque difícilmente pueda disimular su desvergonzado propósito provocador.

Los planteamientos de la película no pueden ser ni más manidos ni más previsibles, como ya nos tienen acostumbrados estos intrascendentes pretextos, que suelen transitar por un humor de bajo coste, aunque condimentados con unas ciertas ocurrencias ingeniosas, situaciones divertidas y lances de grueso trazado e inevitable escatología. En suma el perfil ya conocido y abundantemente prodigado por las producciones del prolífico Judd Apatow, que con el tiempo va diseñando un estilo muy personal, con concomitancias frecuentes, donde se advierte un diseño bien fundamentado en guiones muy aparentes, de un tipo de comedia digna de mejor causa y a medio pelo en su presunta transgresión, ya que pese a todo, la sangre nunca llega al río.

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