Fila siete

Superhéroes actuales

El director de 'El caso Bourne' (2002), Doug Liman, parece inclinarse también hacia ese género tan ambiguo como taquillero que nos lleva de la intriga, o el "thriller", a la ciencia-ficción, pasando por la acción y la fantasía. De todo un poco para animar mejor un espectáculo rentable. Incluso el protagonista, el joven Hayden Christensen que juraba y perjuraba tras intervenir con éxito en 'La guerra de las galaxias: La venganza de los Sith' (2005), de George Lucas, "no volveré a hacer nada relacionado con 'Star Wars'. No voy a aparecer en una serie de televisión actuando detrás de una máscara negra", no ha dudado en protagonizar un proyecto que tanto nos recuerda de algún modo esa parafernalia de abundantes efectos especiales.

Y eso es lo que tenemos en dosis bastantes considerables en esta historia de teletrasportación que protagonizan David Rice y Griffin. El primero ha crecido con el poder de trasladarse a cualquier mundo que pueda imaginar así como atravesar paredes y cámaras acorazadas. Su poder le ha permitido evadirse de su pasado, aumentar su enorme fortuna y vivir independientemente. Un día David advierte que Griffin, un rebelde trotamundos, también es como él. Ha descubierto a una organización llamada Los Paladines dedicada a eliminar a los que ellos llaman "saltadores". La persecución lleva a unos y otros a través de diversas partes del mundo, como consecuencia de unos enfrentamientos que se han producido durante siglos sin que los demás se dieran cuenta de ello.

Lo que más llama la atención es la originalidad de la película, que por lo demás responde a esa norma ya habitual en buena parte del cine norteamericano de mezclar los géneros, que no da mal resultado en la taquilla. De entrada nos presenta conceptos muy ambiciosos que, sin embargo, no dan demasiados vuelos a la imaginación, que sería lo propio del tema, ni intensifican convenientemente las intervenciones de los personajes. Tampoco ayudan las blandas interpretaciones de los actores y la escasa inspiración de los diálogos. Todo depende de un guión que da para muchas expectativas, dejando demasiados aspectos de la trama algo confusos. Atraerá si duda a los espectadores amantes de este tipo de historias su incansable dinamismo.

Estos superhéroes de nuestro tiempo son como los que hemos visto de una u otra forma en películas como 'Star Trek' (1979) y todas sus secuelas, 'La mosca' (1986) o la serie 'Héroes', si bien estos protagonistas usan de sus poderes para propio beneficio personal, sin malos instintos y sin que les preocupen razones de índole moral. Todo debe haber ido estupendamente en la taquilla porque ya se prepara la segunda parte. La dinámica imparable de las secuelas a falta de otros esfuerzos imaginativos.

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