Cultura

"Siempre he sido bastante tímido y suelo ir a mi rollo"

Compartirá cartel con Natalia Millán y la argentina Marcela Paoli y dará vida a un personaje con el que, según asegura en esta entrevista exclusiva, no tiene nada que ver. Casado desde 1988 con Marisol, el malagueño es padre de un hijo, Miguel, nacido en 1993 y, el próximo 12 de diciembre, cumplirá 49 años. A juzgar por estos datos generales, Manuel Bandera dista bastante del mujeriego e interesado "Billy Flint" al que ahora presta voz y rostro en Chicago. Instalado en Madrid desde hace un cuarto de siglo, el actor regresa con fuerza a un género que, por experiencias previas, conoce bastante.

-¿Cómo es un día a día durante los previos de una función como la que tiene entre manos?

-Pues ensayamos de diez de la mañana a seis de la tarde. Estamos en una especie de polideportivo grande donde hay una escuela, un gimnasio y un montón de salas en las que damos interpretación, coreografía… Cada uno ve en el organigrama qué tiene que hacer y, algunas veces, nos reunimos. Esta semana que viene ya nos vamos a la sala para probar con luces, comprobar las entradas, las salidas… Es un espectáculo muy complicado para el que se necesitan horas y horas pues debes estar muy bien preparado en los tres palos: actuación, baile y canto.

-Parece que, últimamente, su nombre y los musicales están unidos, ¿no?

- Bueno, hice Cabaret y, antes, La bella y la bestia y El zorro. Éste es el cuarto y a mí me encanta. Es maravilloso participar en este tipo de shows y, cara al público, se trata de algo muy agradable de ver.

-¿Qué tiene en común con Billy Flint, el protagonista masculino de Chicago?

-Muy poco. Él es un tipo sin escrúpulos que utiliza y manipula lo que tiene alrededor a su conveniencia. Se beneficia de sus defendidas. Por mi parte, siempre he sido bastante tímido. Estoy en mi mundo y suelo ir a mi rollo.

-Hace alrededor de 25 años que se marchó de Málaga a la capital… ¿No hay nostalgia de su tierra?

-Claro que sí. Con independencia de que me haya acoplado a Madrid, me acuerdo mucho del mar, mi familia, mis amigos…

-No obstante, ha triunfado con trabajos como, más recientemente, Mira quién baila o Amar en tiempos revueltos. ¿La fama de la tele ayuda para según qué cosas?

- Sí. Es un arma de doble filo: buena en un sentido y mala en otro. Hay de todo pero lo que está claro es que, en este mercado, es importante tener cierto tipo de popularidad.

-¿Es usted el mayor crítico con sus proyectos?

- Yo mismo me valgo y me sobro para eso (risas). Me meto mucha caña. Me cuesta contemplarme desde fuera en una función o en una entrevista. Siempre pienso "¿por qué he dicho esto?" (risas)… Luego me fío mucho del director y de sus indicaciones puesto que, tu gente, suele estar a tu favor.

-¿Y se siguen sintiendo nervios cara a un estreno o eso llega un momento en el que se supera?

-Nunca. Cuando existe mucha responsabilidad, hay nervios. Luego, cuando sube el telón, la cosa se tranquiliza.

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