Cultura

Seguridad sin vacaciones

Cines Artesiete Holea Huelva. - Producción: Estados Unidos, 2015. - T.O.: Paul Blart: Mail Cop 2.- Duración: 94 minutos. - Dirección: Andy Fickman. - Guión: Kevin James y Nick Bakay. - Fotografía: Dean Sernler. - Música: Rupert Gregson-Williams. - Montaje: Scott Hill. - Intérpretes: Kevin James, Raini Rodríguez, Neal McSonough, Eduardo Verástegui, Daniella Alonso, David Henrie, Aba Gasteyer. Molly Shannon, David Henrie, Gary Valentine, Nicholas Turturro, Leni Love.

Kevin James, el protagonista de esta película, a quien vimos últimamente en Niños grandes 2 (2009), es, además de coautor del guión, uno de los cuatro productores junto al también actor Adam Sandler. Estamos ante una secuela de un éxito que no sé si muchos recordarán, Superpoli de centro comercial (2009), dirigida por Steve Carr. Han pasado seis años y lo que podría esperarse como una secuela segura, ha demorado todo este tiempo lo que hoy tenemos en nuestras pantallas. Con la perspectiva del tiempo no es que el precedente fuera una gran cosa pero, al menos tenía bastante más gracia que ésta. Sin embargo ha conseguido un buen taquillaje en los cines estadounidenses.

Tenemos de nuevo a Paul Bart, un guardia de seguridad que se toma su trabajo con una estricta seriedad y para el que también han pasado seis años. Aprovechando que tiene que supervisar en Las Vegas una Exposición, una convención de seguridad para policías, lo cual le brinda una especie de vacaciones bien pagadas, se lleva con él a su hija Maya que muy pronto se irá estudiar fuera a la Universidad.

Pero en su profesión nunca es posible el asueto que tanto le han recomendado unos y otros. Paul descubrirá que cualquier circunstancia puede obligarle a ejercer como el auténtico y responsable policía que nunca deja de ser. Descubre que se está produciendo un atraco. Su misión es atrapar a los delincuentes. No será fácil y pondrá a prueba la profesionalidad del protagonista.

El pretexto argumental es tan endeble como la realización de Andy Flickman. La verdad es que el director tejano no tenía un referente realmente inspirador y sugerente. Cuando el precedente no posee méritos destacables no se puede esperar que su secuela, salvo alguna posible excepción, sea interesante. Aquí se mezcla una vez más la aventura policial, de por sí con una intriga bastante frágil, y la comedia que abunda en situaciones que no acaban siendo lo suficientemente divertidas para que el espectador no vaya más allá de reír algunas ocurrencias o el chiste de grueso calibre que tanto abunda en las películas estadounidenses de este género.

Lo demás es la acción, los golpes de efecto de dudoso humor y la realización más bien burda y atiborrada de lugares comunes. Junto al histrionismo de algunos de los protagonistas nada más cabe destacar en el capítulo interpretativo. En fin otro desmadre en todos los sentidos con un escenario ya habitual en estos casos: Las Vegas. Como de costumbre.

Quiroga

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