cine | cuatro décadas de una película mítica

ROCKY, 40 años subiendo peldaños

  • Sylvester Stallone tocó el cielo con la historia de un boxeador que acabó imponiéndose en los Óscar a 'Taxi driver', de Scorsese

  • El actor se inspiró en el combate entre Chuck Wepner y Muhammad Ali

ROCKY, 40 años subiendo peldaños

ROCKY, 40 años subiendo peldaños

Chuck Wepner estaba en 1975 al borde del retiro. Con 37 años de edad había besado la lona más veces que a las señoritas de los clubes a los que acudía regularmente. Era un hombre literalmente acabado para el boxeo que peleaba en locales de mala muerte. Pero le llegó la oportunidad de un combate contra el mismísimo Muhammad Ali, a quien le aguantó los 15 asaltos. Llegó a tumbar al mejor boxeador de todos los tiempos, aunque fuera después de pisar al hombre que bailaba a sus rivales. Sylvester Stallone vio este combate y en apenas 20 horas tenía listo el guión de Rocky, que se estrenó en noviembre de 1976, hace poco más de 40 años. Tras el pase, el público permaneció mudo y Stallone salió a la calle más dolorido que tras el combate contra Apollo Creed. Pero se encontró con un gran aplauso de los presentes, preludio de los 117 millones de dólares que recaudó sólo en EEUU y de los tres Óscar de Hollywood, arrebatando el premio de mejor película a Taxi Driver, de Scorsese.

La historia de Wepner está presente en multitud de detalles; si Rocky acaba el combate con una cara que parece sacada de The Walking Dead es porque el hombre que inspiró la película era conocido como El Sangrador de Bayonne por la facilidad con la que brotaba la sangre de sus cejas y pómulos en los combates.

Sylvester Stallone venía de participar en películas subidas de tono y tenía los bolsillos tan vacíos que se vio obligado a vender en una tienda de licores a su querido perro Butkus por 25 dólares, el mismo que en la película acaba adoptando en la pajarería en la que trabaja la mítica Adrian Pennino, que acabaría convirtiéndose en su esposa y coaching personal en el resto de la saga. En cuanto vendió el guión a los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff -que también están presentes en la saga de Rambo- lo primero que hizo fue irse a la tienda a recuperar a su fiel amigo, lo que le acabó costando 15.000 dólares, casi la mitad del dinero que consiguió por el guión, apenas 35.000. Pero lo importante es que los productores pasaron por el aro y aceptaron a Sly como protagonista, aunque preferían a otros actores como Robert Redford o Ryan O'Neill. Para el papel de Adrian se barajaron nombres como el de Susan Sarandon, a la que se descartó por ser demasiado atractiva. Así que el papel fue para Talia Shire, hermana de Francis Ford Coppola, tía de Nicholas Cage y que había participado ya en las dos primeras entregas de El Padrino en el papel de Connie Corleone.

Para el papel de Mickey Goldmill, el entrenador que quiere jubilar al Potro Italiano al comienzo de la cinta, eligieron a un actor más que reconocido como Burgess Meredith, un cascarrabias que antes de convertirse en su ángel de la guardia -"levántate hijo de puta, porque Micky te quiere"-, le quita su taquilla en el gimnasio y le dice que pelea como "un orangután de feria". Carl Weathers interpretó a Apollo Creed, un remedo de Muhammad Ali por su pose provocadora y arrogante. En la filmación del combate final, Stallone y Weathers se dieron duro y llegaron a lastimarse en las costillas y en la nariz.

Con todo, el gran acierto del casting es Burt Young en el papel de Paulie, un trabajo en el que bordó el prototipo de cuñado pelma. Al comienzo de la película, Rocky se sincera en un servicio de mala muerte con Paulie porque su hermana no le hace caso ni le ríe unos chistes que le hubieran podido valer una demanda criminal. "Es una fracasada, tiene 30 años y morirá sola en un rincón", le dice el futuro cuñado. "Yo también tengo 30 años", le responde el púgil. "Y morirás solo en un rincón", concluye Paulie ilustrando cómo se las gasta.

John G. Avildsen, que años después firmaría un clásico ochentero como Karate Kid, fue el encargado de dirigir la película que comienza con un Balboa convertido en matón de tercera regional que se deja los hígados en el ring para darle la 'paliza' después a sus amistades contándoles sus combates. Apollo Creed es el supercampeón de los pesos pesados y es tan deslenguado como bailarín sobre la lona, un calco de Cassius Clay. Apollo tiene cerrado ya un combate en Philadelphia y todos los grandes púgiles le dan largas.

Pero ha hecho una gran inversión publicitaria y tiene que pelearse con alguien. Así que se le ocurre una brillante idea que, pasado el tiempo, será su ruina: combatir contra un púgil desconocido de la ciudad. Y elige a Rocky Balboa porque le gusta su apodo, el Potro Italiano. "Apollo Creed contra el Potro Italiano, parece el título de una película de terror", dice el campeón pese a las reticencias de su entrenador, que no quiere que cambie golpes con un boxeador zurdo.

Así que se enfrentan y Apollo, que se jactaba de que iba a acabar con él en el tercer asalto, no puede tumbar a su rival, aunque sí le vence por puntos. Abrazados y exhaustos cuando toca la campana, Apollo le dice a Rocky que no habrá revancha. "No la necesito", le responde Sly antes de vocear el nombre de Adrian entre la maraña de periodistas.

Otro de los grandes aciertos fue la elección de la música que acompaña el entrenamiento de Rocky, que 40 años después sigue en la lista de Spotify de los van al gimnasio a levantar pesas o simplemente a hacer spinning. Compuesta por Bill Conti, acompaña al púgil mientras sube las escalinatas del Museo de Philadelphia tras zamparse una docena de huevos crudos como desayuno. Esta ruta es conocida como la Rocky Run y el final de la escalinata está marcado en el suelo para que los turistas puedan repetirlo. Stallone siempre ha tenido buen gusto en la elección de canciones para la saga, aunque para Rocky III no consiguió que Queen prestara su tema Another One Bites The Dust. Así que se fijó en una banda de Chicago, Survivor, y en el tema Eye Of The Tyger que es también carne de gimnasio.

Paulie y Adrian formaron el núcleo duro de la saga hasta que la mujer de Rocky falleció por exigencias del guión para el rodaje de la sexta entrega y el cuñado en la spin off Creed que se estrenó el año pasado. Esta película acaba con el Potro Italiano luchando contra el cáncer y con la única compañía del hijo ilegítimo de Apollo Creed. Pero sigue fiel a una filosofía que compiló en una escena de Rocky Balboa: "El mundo no es todo alegría y color, es un lugar terrible y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú, ni yo ni nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte, y aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana". Palabra de un boxeador cuya peculiar técnica era cansar a los rivales recibiendo sus mamporros.

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