Cultura

PhotoEspaña muestra la riqueza fotográfica latinoamericana

  • El Museo Cerralbo de Madrid refleja la pasión de Alberto Korda por la belleza femenina con 60 retratos en blanco y negro

Un ejemplo de la riqueza de la fotografía latinoamericana se puede contemplar en las exposiciones inauguradas ayer por PhotoEspaña, que abarcan desde la colonización de la Amazonía hasta la delicadeza del retrato femenino de Alberto Korda o el proceso de la maternidad de Ana Casas Broda.

Las mujeres y la revolución, "por este orden", eran las dos cosas que más amaba Korda, y ese amor lo volcó en unas fotografías llenas de belleza y delicadeza. Korda, retrato femenino, en el Museo Cerralbo, de Madrid, exhibe 60 retratos en blanco y negro, muchos de ellos por primera vez, en los que se descubre la pasión del autor de la mítica imagen del Che Guevara por la belleza femenina.

Esta pasión, y el hecho de poder estar junto a las mujeres, fue lo que, según confesaba él mismo, le llevó a hacerse fotógrafo. "Ante todo era un retratista y aprendió a utilizar la cámara retratando a la mujer", recordó la comisaria, Ana Berruguete.

El recorrido descubre la faceta más desconocida del autor, aunque constituyó el centro de su trayectoria y fue recurrente a lo largo de su vida. Comienza por retratos que hizo como amateur a Julia López, la segunda de sus tres mujeres, imágenes que se muestran por primera vez.

A partir de 1954, creó junto a Luis Pierce Byers un estudio dedicado a la fotografía publicitaria: "Él se reservaba los trabajos que tenían que ver con mujeres. Trabajaba con profesionales o con mujeres que encontraba en la calle, como Nidia Ríos, cuya belleza le cautivó". Entre 1956 y 1963 retrató a Norka, modelo profesional que se convirtió en su tercera esposa. Produjo unos retratos elegantes en los que eliminó elementos y en los que se aprecia la influencia de Irving Penn y Richard Avedonn.

A pesar de ser un fotógrafo de moda "o precisamente por eso", en 1959 le llamaron para que fotografiara la revolución cubana. Korda "se limitó a sustituir a sus modelos por los nuevos líderes, manteniendo esa estética basada en la imagen informativa, pero, al mismo tiempo, simbólica, de la fotografía más comercial".

Simultaneó la escasa fotografía de estudio con viajes junto a Fidel Castro: "Salía a la calle y fotografiaba a los líderes a la vez que los bellos rostros de guerrilleras, campesinas o espectadoras de los desfiles".

En esta exposición ha sido fundamental la colaboración de Diana Díaz, hija del fotógrafo. Para ella, su padre fue un transgresor "al que todo lo que hacía se miraba con lupa".

Diana recordó que en 1968 el estudio de Korda fue intervenido y todos los negativos y equipos confiscados y llevados a paradero desconocido.

Los únicos negativos que se recuperaron fueron los relacionados con la revolución cubana, que se conservan en los archivos de asuntos históricos. El resto "puede estar en algún sitio. No perdemos la esperanza de que se encuentren. He escrito muchas cartas, pero ni me han contestado".

Por otra parte, las exposiciones del Círculo de Bellas Artes forman "un microfestival", en opinión de María García Yelo, directora de PhotoEspaña.

La selección de imágenes que se muestra en En la mirada del otro. Fotografía histórica de Ecuador: La irrupción en la Amazonía están fechadas entre 1869 y 1930 y han salido por primera vez de este país. "Documentan la irrupción en la Amazonía, tanto desde el punto de vista económico como misionero. Las imágenes reflejan que la colonización y la fotografía iban en paralelo y que esta servía para justificar la colonización, convirtiéndose en proceso de legitimación", según el comisario, Julio César Abad Vidal.

En el centro de este minifestival de fotografía latinoamericana tiene especial protagonismo la muestra de Lola Álvarez Bravo, una de las más destacadas fotógrafas mexicanas, formada por una selección de imágenes de la Fundación Televisa.

En ella, el comisario James Oles ha dado especial importancia a los fotomontajes y a los retratos, ya que se trata de una de las mejores retratistas del siglo XX, con fotografías de Frida Kahlo, Diego Rivera, Octavio Paz o Manuel Álvarez Bravo, que fue su esposo y uno de los fotógrafos mexicanos más importantes.

Por otra parte, la exposición Kinderwunsch, de Ana Casas Broda, es fruto del libro en el que la artista ha plasmado siete años de su vida, con textos e imágenes en los que exploró su cuerpo a través de la maternidad.

"Es un proceso cargado de contradicciones, de transformaciones de la identidad, con muchas capas complejas que tienen que ver con el hijo, la propia infancia, los cambios del cuerpo, el desnudo, la sensualidad", indicó la autora, que ha utilizado diferentes formatos, lenguajes y soportes para articular su discurso artístico.

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