"En cualquier lugar del mundo, el yanqui disfruta y saca provecho sin pensar en los riesgos". Así cerraron su libreto Giuseppe Giacosa y Luigi Illica. Es la lapidaria frase con la que acaba una de las óperas más emocionantes que se pueden ver en los escenarios, la excepcional Madama Butterfly de Giacomo Puccini. Al público llegó anoche en cualquier rincón del país, lanzado por una plataforma inmejorable, el Teatro Real de Madrid, artífice de un proyecto excepcional que ha contribuido a la popularización de un género que ayer llegó a los barrios y calles de pueblos y ciudades.

El teatro madrileño ha recuperado esta semana la obra que estrenó hace justo 110 años, con un montaje que, además, uno de los nombres indispensables de la escena española, Mario Gas, creara hace quince años. Entonces se representaron once funciones en temporada, con cinco más en verano. Todavía hoy se recuerda como una de las grandes versiones realizadas en España de la famosa ópera de Puccini. Y por eso se ha elegido para el cierre de temporada en el Teatro Real, con 16 funciones que prácticamente han agotado ya las localidades puestas a la venta hace meses.

Esta apuesta ambiciosa, como si se tratara de las andanzas del teniente Pinkerton, se exportó anoche a todo el país. En riguroso directo, desde las 21:30, sus tres actos se retransmitieron y se pusieron a disposición de instituciones y entidades para llevarla al público en grandes espacios, prolongando el patio de butaca y los palcos del coliseo madrileño, también al salón de casa, con la señal emitida por La 2 de TVE.

Pero un espectáculo así es para disfrutarlo a lo grande, aunque sea en pantalla gigantesca que supla el escenario del Real. En Huelva capital, la Concejalía de Cultura se lo llevó a los barrios, a la zona de El Saladillo, en cuyo parque Antonio Machado desplegó la parafernalia técnica que llamó la atención de los vecinos y llevó a onubenses del resto de la ciudad a pasar una noche de verano disfrutando al aire libre de algunas de las arias más conmovedoras, más sobrecogedoras si cabe si se disfrutan al anochecer.

Isla Cristina, La Antilla, Calañas, Zalamea la Real y Valverde del Camino también proyectaron la oferta del Teatro Real a sus vecinos, en una apuesta por la cultura y por una de sus expresiones más sublimes. El drama de Nagasaki llegó ayer a las calles de Huelva. Quizá nunca antes la ópera fue tan universal.