Cultura

El Museo Thyssen reivindica a Zurbarán como maestro del color

  • Madrid inaugura la mayor retrospectiva del pintor barroco desde la que acogió Sevilla hace 10 años

Mostrar a un Zurbarán maestro del color, moderno y con importantes novedades, más allá de la imagen de misticismo y recogimiento que posee la obra del maestro del Siglo de Oro español, es el objetivo de Zurbarán: una nueva mirada, que se inaugura hoy en el Museo Thyssen-Bornemisza. Una muestra abierta hasta el 13 de septiembre que plantea una revisión actualizada de la vida del pintor de Fuente de Cantos (Badajoz) formado en la Academia de Sevilla desde la perspectiva de los descubrimientos y estudios realizados en las últimas décadas, según las comisarias de la cita, la historiadora francesa Odile Delenda, autora del catálogo razonado de Zurbarán, y Mar Borobia, jefa de Pintura Antigua del Thyssen.

Para Delenda, Zurbarán fue tan moderno que se pasó de moda. "En el XVIII se olvidaron de él; luego los románticos franceses se entusiasmaron con él e hicieron que fuera la figura central de la pintura española", explicó la comisaria, para quien Zurbarán no es sólo un pintor religioso, sino también un "pintor de lo cotidiano". "Transformaba lo cotidiano en religioso", añadió. La última exposición sobre Zurbarán celebrada en Madrid fue en 1988 en el Museo del Prado. También se han hecho exposiciones pequeñas dedicadas a aspectos concretos, pero, salvo en Sevilla hace 10 años, ninguna ha sido tan amplia como ésta del Thyssen, que reúne 63 obras en su mayoría de gran formato, incluidas sus más recientes atribuciones, y algunas de ellas nunca vistas en España procedentes de colecciones europeas y americanas; otras, recientemente recuperadas; y algunas piezas restauradas para la ocasión.

La exposición, que tras su paso por Madrid, viajará a Alemania, al Museum Kunstpalast, de Düsseldorf, tiene un orden cronológico y se ha centrado en primer lugar en la obra autógrafa de Zurbarán, con piezas destacadas de distintas épocas y algunos de los grandes conjuntos que realizó a lo largo de su carrera. Con este planteamiento, el visitante se encontrará con espacios dedicados a las comunidades religiosas, junto a otros donde se contemplan obras individuales destinadas a la devoción privada, incluyendo en mitad del recorrido las novedades. Una de ellas, la sala dedicada a lo bodegones y naturalezas muertas, en las que se exponen obras de Zurbarán y su hijo Juan, que murió de peste a los 29 años, "un gran pintor", según Delenda. Otra, la dedicada al taller, a su obrador, donde Zurbarán trabajó mucho, junto con los artistas con lo que colaboraba.

La exposición muestra que el pintor del Siglo de Oro español no fue solo un pintor de monjes ni es solo la imagen del misticismo y el recogimiento. Realizó muchos encargos pintados en su taller con la ayuda de numerosos artistas y también colaboró en la decoración del Salón del Reino del Palacio del Buen Retiro, como Velázquez, "quien le hizo sombra". Fue un "maestro del color", dijo Delenda.

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