Fila siete

Mordaz sátira social

Con cierta demora con respecto a su estreno en España llega a nuestras pantallas, en este caso a las del Condado onubense, esta producción británica que, todo hay que recordarlo, tiene su precedente, aunque se encuentre en una filmografía de Alfred Hitchcock menos conocida, como es Easy virtue, título original del film, llevada al cine hace ochenta años con la adaptación de esta famosa comedia de Noel Coward (1899-1973), actor, dramaturgo y compositor inglés, de quien algunas obras se llevaron a la pantalla y en alguna de las cuales él mismo actuó.

Stephan Elliott, un realizador australiano afincado en el Reino Unido, director de aquella ocurrente peripecia protagonizada por llamativas drag-queens, Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1993), afronta esta nueva adaptación aportando además de una magnífica ambientación, un elenco interpretativo, que con rasgos de buen humor son lo mejor que nos ofrece esta película. Como en la mayoría de las comedias de Noel Coward hay una sarcástica y a veces mordaz visión de la alta aristocracia, la alta sociedad británica.

Todo para contarnos como un joven inglés, John Whitaker, se ha enamorado apasionadamente de una bellísima y muy sexy joven norteamericana, Larita, con una gran experiencia y de ideas muy avanzadas. Impulsado por el amor que siente por ella decide casarse de manera impulsiva. La familia está integrada por una esposa que trata de conservar a ultranza su raigambre social, el marido que sufre los efectos de la guerra, dos hijas solteras y el hijo menor destinado a heredar la fortuna familiar.

Pero los planes maternos se quiebran cuando el hijo llega al hogar paterno casado con la americana. Ésta y la madre no llegarán a congeniar y el enfrentamiento será inevitable entre las dos mujeres más queridas por John.

El realizador australiano ha tratado de dar viveza actual a esta comedia de Coward, estrenada en 1924, trasladando a su puesta en escena toda la corrosiva mordacidad y acidez a este conflicto de la familia protagonista, puritana, intolerante, estirada y aristocrática, contraria a la admisión en la misma de una inesperada e indeseada nuera demasiado avanzada para su tiempo. Al mismo tiempo destaca sarcásticamente la decadencia de una clase social y unos prejuicios pasados de moda.

Hay en el duelo actoral, donde son evidentes unas magníficas interpretaciones, el duelo que protagonizan la atractiva y simpática Jessica Biel y la siempre eficaz Kristin Scott Thomas, que nos recuerdan al que hace poco tiempo veíamos de Frances McDormand y Amy Adams en la reciente e inolvidable Un gran día para ellas (2008), si bien ésta era una comedia de mucho mayor fuste y entidad que "Una familia con clase". Aún así hemos de celebrar unos diálogos jugosos, unos personajes bien definidos y una agudeza crítica bien definida.

Quizás haya más humor verbal que visual y excesivos planos innecesarios al servicio de una cámara un tanto compulsiva.

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