El Infanta Elena es todo un nido de aficionados a lo más tradicional de nuestra Navidad: los belenes. No hay planta, unidad o servicio que no disponga de las tradicionales escenas que tanto gustan de ver a los niños y a los niños que los mayores aún llevamos dentro.

Pero si tenemos que hacer justicia, no podemos dejar de mencionar a una persona que hace unos años se echó sobre sus hombros, la responsabilidad de montar el belén principal del hospital, que es el que se sitúa en la entrada principal. No es que Antonio se dedique sólo a montar el belén. Este olontense de 46 años es celador del hospital y preparar el Nacimiento le ocupa cerca de tres meses, ocupando con ello su tiempo libre ya que el intenso trabajo del hospital no le deja tiempo para otra cosa. En el Infanta Elena se sabía de su pericia y arte en esto del belenismo. No en vano los ha hecho para asilos, hermandades y otros tipos de instituciones. Esa fue la razón por la que hace cuatro años se le hizo el encargo de ocuparse del belén más importante de todos cuantos se montan estos días allí.

El de este año sustituye al del anterior, que estaba realizado con material reciclado y que en esta próxima Navidad tiene como destino la Hermandad de Emigrantes. Éste fue un auténtico trabajo de chinos que le mantuvo ocupado desde julio hasta diciembre.

Pero Antonio no sólo se conforma con mostrar lo mejor de su buen hacer artístico, sino que este año se ha puesto de acuerdo con todos sus compañeros para organizar una exposición fotográfica que dará buena cuenta de esa afición que el personal del Infanta Elena, manifiesta en este arte del belenismo.

Antonio reconoce que todo el mundo ayuda y echa una mano. Por ejemplo, menciona a los electricistas del hospital que son los encargados de instalar la iluminación. El belén del hospital, tal y como señala el propio Antonio, ayudará a dar un aspecto más hogareño en unos días en los que las personas agudizamos nuestra sensibilidad.