Cultura

Mirar como mira Sánchez Balonga

  • La fotógrafa onubense viaja con su última exposición, 'La piel del deseo' hasta Madrid · "Hay que sentir aquello que percibimos y que nos estremece durante un instante, como una caricia o un beso"

Desde Mensaje en el viento hasta Rosas del Desierto, pasando por homenajes a grandes de la talla de Robert Doisneau. Son algunas de las exposiciones en las que Elena Sánchez Balonga ha dejado constancia de cuáles son sus inquietudes. Su prioridad en este momento es "sentir aquello que percibimos y que nos estremece durante un instante, como una caricia, un beso o una mirada, y compartir con el espectador lo que quiero ver y sentir hace aún más intensa esa sensación", afirma. Ésta es la carta de presentación de su último trabajo, y todo lo descrito lo ha aunado en una colección con un título tan seductor y sugerente como cada una de las fotografías que componen la muestra, La piel del deseo.

La onubense ha cargado con su maleta hasta Madrid. Más de 600 kilómetros por los que han viajado sus últimas impresiones y su envidiable trayectoria profesional en la que sólo una pasión tiene cabida: la fotografía. Trabajar junto a artistas de renombre como Alberto García Alix o Ouka Leele es una oportunidad al alcance de pocos, de la que Elena Sánchez Balonga ha podido disfrutar.

En la madrileña Glorieta de Bilbao se sitúa el Café Comercial, nueva sede de esta última muestra, La piel del deseo. "Tener el privilegio de exponer en el Café Comercial ha sido un regalo para mí, porque contar con una exposición individual en Madrid es uno de mis grandes sueños", declara. Entre septiembre y octubre, cuando el frío empieza a hacer mella, Sánchez Balonga aporta el contraste capturado con su objetivo, y da luz a 17imágenes en blanco y negro que enseñan más piel que abrigo, en las que dice Sánchez Balonga, "las sensaciones juegan el papel principal".

Y han llegado en este momento porque lo que le apetecía era, según sus palabras "fotografiar la sutileza, la belleza, la delicadeza, y jugar con la sensualidad y la elegancia".De cerca y de lejos, algunas más discretas y otras explícitas, pero todas con el encanto que Sánchez Balonga pone a cada uno de sus trabajos. En esta última muestra se aprecia la evolución a lo largo de su carrera. Así, garantiza que "a nivel personal es un paso más dentro de mí, como enfrentarme a mi verdad. Significa también haber vencido miedos que tenía desde hacía tiempo".

Su realismo queda marcado en cada una de sus composiciones, y mirar las imágenes que toma es como ver a través de sus ojos, lo que le llama la atención, su visión más subjetiva de la realidad, que esta vez se ha detenido en la belleza de la piel. El cuerpo humano como fuente de inspiración, que para Sánchez Balonga, "juega a bailar entre luces y sombras". Tras esto, la magia de sus manos y momentos que para ella "son eternos", quedan inmortalizados.

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