música

'El Médico', un musical "de libro"

  • La obra lleva a escena el 'best seller' de Noah Gordon, gracias a una idea del compositor moguereño Iván Macías y el escritor onubense Félix Amador

Tiene todos los ingredientes de un musical de libro, pero en el El Médico está la carga emocional de la novela en la que se inspira, una historia creada por Noah Gordon que crece sobre el escenario y que ha emocionado al escritor en su estreno: "Me habéis hecho sentir muy orgulloso", ha dicho al equipo. Madrid fue, la noche del miércoles, la primera ciudad del mundo en acoger ese musical que lleva a escena el famoso best seller de Gordon, gracias a una idea del compositor moguereño Iván Macías y el escritor onubense Félix Amador, quienes han contado con el aval del autor estadounidense desde el inicio.

"Hoy es un día grande para todos nosotros y también para el musical en España, es la demostración de que los sueños humildes se pueden hacer realidad", subrayó Macías en una breve presentación.

El telón se abrió mientras las páginas de un enorme libro situado en primera línea se movían solas, marcando el comienzo de una función en la que los trucos de magia están muy presentes. Sobre las tablas, 33 actores desgranan una trama que tiene como protagonista a Rob J. Cole, un joven cristiano londinense con un don para predecir la muerte y un gran interés en aprender a sanar. Ese es el motivo que le lleva emprender un viaje épico hasta la antigua Persia para conocer al gran médico de su época, convencido, como se recalca en la obra, de que "no existe un camino corto para el verdadero conocimiento".

La aventura literaria que se publicó en 1986 adquiere una nueva fuerza con la música en directo de una orquesta compuesta por veinte músicos que estuvieron dirigidos por el propio compositor de las piezas.

De su mano, el público pudo escuchar los sentimientos del protagonista y el sonido que representa cada lugar de los que pisa el joven, a quien da vida el actor Adrián Salzedo.

El libreto y la puesta en escena también permiten que se vean reflejadas tres culturas -la judía, la musulmana y la cristiana- y que se recreen los lugares en los que se produce la acción, desde Londres al desierto, con un decorado que sale del propio escenario y que ocupa parte de las paredes laterales de la sala. A eso hay que añadir un vestuario muy cuidado, diseñado por Lorenzo Caprile e inspirado en la sociedad del siglo XI.

En paralelo a la historia de amor entre Rob y Mary (Sofía Escobar), el espectáculo aborda temas profundos como la relación del alma con el cuerpo en las distintas religiones o los problemas éticos entre fe y ciencia. También queda bien representado el conflicto interno que vive el personaje principal al tener que traicionar a su Dios para alcanzar el sueño de su vida. La música que sale del foso es el halo que envuelve por completo las alegrías y el drama; los logros y las frustraciones de un chico que crece a medida que se desarrolla la obra, en la que pueden distinguirse dos partes: una primera más ligera, donde laten las emociones propias de un niño, y una segunda más operística, en la que aparecen los obstáculos.

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