'Tamara y la Catarina'

Marginación y desarraigo

Fotograma de la película dirigida por Lucía Carreras.

Fotograma de la película dirigida por Lucía Carreras.

Sección oficialHHHHH

Producción: México y España, 2016.- Duración: 103 minutos.- Dirección y guión: Lucía Carreras.- Fotografía: Iván Hernández.- Música: Pablo Cervántes.- Montaje: José Manuel Rocha y Lucía Carreras.- Intérpretes:Ángeles Cruz, Angelina Peláez, Gustavo Sánchez Parra, Mercedes Pascual, Harold Torres, Alberto Trujillo, Cecilia Cantú, Taby Regina, Asbel Ramsés.

A la directora mexicana Lucía Carreras la recordarán los habituales del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. La realizadora ha participado en dos ocasiones en la Sección Oficial del Certamen con las películas Nos vemos papá (2011) y La casa más grande del mundo (2015), consiguiendo con ésta el Premio Especial del Jurado y el Colón de Plata a la mejor fotografía. Vuelve ahora con un intenso drama que tiene dos singulares protagonistas: Ángeles Cruz y Angelina Peláez, que encarnan a Tamara y a doña Meche, respectivamente.

Tamara es una mujer de unos cuarenta años con retraso mental, de reacciones infantiles, que habla y camina con dificultad y colecciona bichos y juguetes. Los más cercanos del entorno la conocen como "la tontita". Cuando comienza la historia la vemos llegar a su lugar de trabajo cotidiano, tomando el micro y dirigiéndose mecánicamente al establecimiento donde sirve como camarera: Tostado de Café, Amalia, el nombre de la dueña a la que espera para abrir el negocio. Un día en su vagar diario por las calles de México y tras comprar un juguete, en el puesto de periódicos encuentra a una niña muy pequeña que parece abandonada. Tamara se la lleva con ella a su casa en el humilde barrio donde vive.

Tal actitud sorprende a doña Meche, una vecina de más de setenta años que vive sola y que vende quesadillas en un puestecillo ambulante instalado en otra calle del barrio. Comparte el hogar con Tamara y le enseña a cambiar los pañales y atender a la pequeña. Consciente del comportamiento impropio de la discapacitada, trata de iniciar la búsqueda de los padres de la niña, pesquisas que no facilitan la gestión complicada y lenta de los servicios públicos. Tras comprobar cómo tratan a los niños perdidos y abandonados en la residencia de acogidos, decide ponerlo en conocimiento de uno de los policías que la extorsionan y amenazan porque no paga "la cuota", por vender en la calle y de la que, al parecer, se benefician los propios vigilantes de la ley.

La película está dedicada al guionista Vicente Leñero, fallecido en 2014 y que tanto significó en la concepción del guión. Tiene en su entraña esos signos significativos y contundentes del cine latinoamericano del desarraigo, de la marginación, la exclusión y la pobreza, desgraciadamente imperantes en unas sociedades escasamente desarrolladas, de lo que en muchos casos encontramos ejemplos notables en esa antología cinematográfica latinoamericana. En el propio cine mexicano hay una iconografía fílmica bien patente. En ella se inscribe honorablemente esta película de Lucía Carreras con signos bien elocuentes y con características muy singulares.

A esos valores, entre los que se destaca una buena dosis de realismo, ternura y humanidad, de intenso contenido social y reivindicativo, se suma el espléndido trabajo interpretativo de Ángeles Cruz y Angelina Peláez. Ellas hacen más tangible, más sensible, más trágicamente cercano el mundo de Tamara y la Catarina.

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