Cultura

Latitud Sur, hemisferio cine

  • El próximo sábado 13 de junio arranca la tercera edición del Festival de Granada 'Cines del Sur', uno de los mejores escaparates nacionales para los 'cines del mundo'

De los numerosos festivales que han proliferado en nuestro país en los últimos años, eventos que, en su mayoría, tienen al cine secuestrado como excusa para otros propósitos, el de Cines del Sur de Granada emerge como una de las propuestas más sensatas y equilibradas, tal es su necesaria especialización en cinematografías periféricas en tiempos de globalización y multiculturalidad, y el rigor y el cuidado con el que la organización ha concebido el concurso y las diversas secciones informativas y retrospectivas que lo conforman.

José Sánchez-Montes y su equipo de programadores, entre los que se cuentan Alberto Elena, Mirito Torreiro, Esteve Riambau o María Luisa Ortega, han confeccionado un atractivo certamen de tamaño medio y ambiciones a largo plazo que conjuga la difusión del mejor cine hecho en los países del Sur (término que sustituye hoy a etiquetas como periférico o Tercer Cine) y su revisión histórica a la luz del presente (a través de ciclos y cuidadas publicaciones bilingües), con el encuentro entre creadores, profesionales y distribuidores para debatir los nuevos canales de coproducción, difusión y apreciación de estas obras.

El mexicano Arturo Ripstein preside este año el Jurado de la Sección Oficial que tendrá que valorar qué película es merecedora de la Alhambra de Oro. Catorce títulos de otras tantas nacionalidades competirán por los 50.000 euros del premio: $9.99, de Tatia Rosenthal (Israel), Dernier maquis, de Rabah Ameur-Zaimeche (Francia/Argelia), Disgrace, de Steve Jacobs (Suráfrica), The other bank, de George Ovashvili (Georgia), Garapa, de José Padilha (Brasil), Good cats, de Ying Liang (China), The last Thakur, de Sadik Ahmed (Bangladesh), My dear enemy, de Lee Yoon-ki (Corea del Sur), Song from the Southern seas, de Marat Sarulu (Kazajstán), Milk, de Semih Kaplanoglu (Turquía), Before the burial, de Behnam Behzadi (Irán), Voy a explotar, de Gerardo Naranjo (México), Perfect life, de Emily Tang (Hong Kong) y Jalainur, de Zhao Ye (China).

Si en esta lista encontramos algunos nombres conocidos (Padilha dirigió el último gran éxito del cine brasileño, Tropa de elite) o títulos muy esperados, como la adaptación de Desgracia, la novela del Nobel J. M. Coetzee, otros vienen avalados por el interés despertado por sus anteriores películas, como sucede con el mexicano Naranjo (Drama/Mex), el turco Kaplanoglu (que cierra aquí su trilogía rural) o el argelino Ameur-Zaimeche, autor de la espléndida y premiada Bled Number One.

Muy apetecible se presenta también la sección informativa Itinerarios/Pantalla Abierta, en la que encontramos 15 títulos con lo más destacado de la cosecha de 2008-2009. Aquí se podrá ver la última obra maestra de Abbas Kiarostami, Shirin, hermoso poema fílmico dedicado al espectador cinematográfico; Los herederos, el premiado documental del mexicano Eugenio Polgovsky; Three monkeys, del turco Nuri Bilge Ceylan, Mejor Director en Cannes 2008; o el documental Youssou N'Dour: I bring what I love, sobre el popular cantante senegalés. Cintas de Sri-Lanka, Irak, Indonesia, China, Suráfrica o India completan esta plural sección panorámica.

Si en ediciones anteriores las retrospectivas han recuperado al maestro egipcio Youssef Chahine o al director iraní Mohsen Makmalbaf, este año le toca el turno a uno de los grandes cineastas africanos, el malí Souleymane Cissé. Un ciclo con siete películas, entre ellas la conocida Yeleen (1987), un libro coordinado por Maria Coletti y Leonardo De Franceschi y la presencia del propio director en una Clase Magistral completan las actividades en torno a su figura.

No menos atractiva resulta la sección dedicada a la Revolución Cubana vista por los cineastas extranjeros. El ciclo Intrusos en el paraíso, que viene también acompañado de un libro de Juan A. García Borrero, nos trae títulos de ficción y documentales de autores como Ivens, Varda, Almendros, Warhol, Kalatozov, Leacock o Hitchcock, que situó las intrigas de Topaz en pleno estallido revolucionario.

Otros pequeños ciclos recuperan cintas restauradas por la Cinemateca de Bolonia, la desconocida faceta de Yukio Mishima como director de cine o el fenómeno Nollywood, eclosión popular del último cine nigeriano de bajo presupuesto realizado en vídeo digital.

Exposiciones, talleres y sesiones de trabajo entre profesionales y estudiosos completan las actividades de un festival destinado a convertirse en un referente internacional obligado a poco que le dejen crecer con independencia y en la misma línea emprendida.

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