Fila siete

Intriga política

CineBox Aqualón Puerto Huelva.- T.O.: 'The ides of march'.- Producción: Estados Unidos, 2011.- Duración: 101 minutos.- Dirección: George Clooney.- Guión: George Clooney, Grant Heslov y Beau Willimon basado en la obra 'Farragut North', de Beau Willimon.- Fotografía: Phedon Papamichael.- Música: Alexandre Desplat.- Montaje: Stephen Mirrione.- Intérpretes: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Jeffrey Wright, Evan Rachel, Max Minghella

Cinco años se han llevado el actor y director George Clooney y el coguionista y productor Grant Heslov en la adaptación de la obra teatral Farragut North, de Beau Willimon. Diversas circunstancias de financiación y oportunidad política demoraron su realización. Para George Clooney este drama o thriller podría ocurrir en el ámbito político o en cualquier otro. Pero es en el primero donde surgen estos personajes implicados en una trama envuelta en la lucha por el poder. El realizador, que no oculta que se ha inspirado en títulos como El candidato (1972), Todos los hombres del presidente (1976) y Network, un mundo implacable (1976), no trata de responder a las preguntas del espectador, sino que lo hace participar en la trama.

Hay un buen diseño de los personajes: el gobernador Mike Morris, que interpreta Clooney, aspirante demócrata a la presidencia. El asesor Stephen Meyers, protagonizado por Ryan Gosling, atento a todos los movimientos de su jefe. El imperturbable Paul Zara, encarnado por el siempre convincente Philip Seymour Hoffman, controlador de la campaña. La periodista Ida, a la que da vida Marisa Tomei, siempre tras la pista de un escándalo político. Otro gran actor, Paul Giamatti, incorpora a Tom Duffi, jefe de la campaña del rival de Morris. La becaria, Molly (Evan Rachel Wood), que oculta su pasado por miedo a represalias.

Especie de conciencia liberal de la democracia, con una tendencia un tanto parcial, lo que le ha valido algunas críticas en su país, George Clooney se adentra en las entrañas del poder político, hoy tan cuestinado y denostado tantas veces, y en el análisis de la conciencia que pone a prueba la verdad, la carrera profesional y la victoria electoral. La ética y la moral, la lealtad y la traición políticas son valores y circunstancias también en juego, hoy más que nunca en el punto de mira de quienes las exigen como principios ineludibles y de las que muchos, ya lo vemos aquí, hacen de su capa un sayo o algo peor. Estamos ante un panorama habitual en estas lides: ambición sin escrúpulos, filtraciones, chantajes, deslealtades, delaciones... Como la vida misma.

La buena intención del actor y director, que se le supone y parece constar, no se corresponde con la fuerza de su penetración o profundización en tan compleja situación. Con su habitual moderación de estilo, su apelación a la conciencia y a su ineludible propósito crítico, Clooney acierta en ese retrato de la derrota de los ideales. Con su visión cínica de la realidad política, denuncia ese arrojo necesario en la toma de ciertas decisiones, aunque no lo haga con la convicción que cabe esperar en quien pretende afrontar un tema de este tipo de cine comprometido. O que quiere serlo. El supuesto paralelismo con el Julio César, de Shakespeare, su inspiración, de ahí el título, se frustra bastante porque al director le falta la energía narrativa y política del llamado Bardo de Strafford-upon-Avon. Magnífico plano final.

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