Cultura

Interior con demonio

CineBox Aqualon Puerto Huelva y CineVip Lepe. - Título original: 'La posesión de Emma Evans'. - Producción: España, 2010. - Duración: 90 minutos. - Dirección: Manuel Carballo. - Guión: David Muñoz. - Fotografía: Javier Salmones. - Música: Zacarías M. de la Riva. - Montaje: Guillermo de la Cal. - Intérpretes: Sophie Vavasseur, Stephen Billington, Lazzaro Oertli, Richard Félix, Jo Anne Stockham, Isamaya French, Douglas Bradley, Emma Reynolds, Tommy Bastow.

Resulta grato considerar que algunos de los jóvenes realizadores españoles que frecuentan el terror o el fantastique a veces nos hacen esmeradas propuestas dignas de consideración. Es el caso del joven Manuel Carballo que en su película El último justo (2007), se nos revelaba con una personalidad prometedora. Ahora quiere ampliar sus perspectivas hacia una producción de mayor alcance, al estilo de REC (2007), de Paco Plaza y Jaume Balagueró, dirigiéndolo a un público más masivo, incluso internacional. Por eso la película se ha rodado en inglés, la acción transcurre en Londres, la protagonista Sophie Vavasseur es irlandesa y el reparto, en su gran mayoría, británico. Tanto es así que uno de los actores más destacados es Douglas Bradley, el líder cenobita de la saga Hellraiser, iniciada en 1987 por Clive Barker.

Entra así el realizador español más directamente en el género de las posesiones diabólicas que, inevitablemente nos recuerda un título ya imprescindible, El exorcista (1973), de William Friedkin. Es un tema que, desengañémonos, siempre tiene su público. Así nos cuenta como Emma Evans, una adolescente que vive entre los conflictos domésticos y su propia insatisfacción, se siente dominada y angustiada por un ambiente familiar que le resulta demasiado asfixiante e intransigente. Decide cortar de una vez con todo y desatar sus apetencias más íntimas para lograr su independencia y liberación personal. Ocurre que al mismo tiempo desencadena unas fuerzas sorprendentemente ocultas, que no puede controlar por sí misma. Todo ello provocará una desesperada conmoción en el seno de su hogar y de su propia familia.

Con una proyección demoníaca del inconformismo, la inmadurez, la insatisfacción, la rebeldía y la inseguridad de la adolescencia, Manuel Carballo intenta llevar al lado más trágico y terrorífico la incertidumbre y el desequilibrio de una chica con problemas propios de la edad. Estas circunstancias en esta película parecen mucho más relevantes que el propio terror. Y es que en éste aspecto, que resulta aparentemente primordial en el lanzamiento del film, el director ha resuelto la trama con una ostensible debilidad y sin la fuerza que su expresión cinematográfica requiere.

Es evidente que en principio Manuel Carballo ha tratado de eludir los lugares comunes del género de terror, acentuando los elementos dramáticos del argumento y el guión de David Muñoz, pero la intención resta fuerza especialmente a las secuencias donde el exorcismo debiera mostrar más convicción, más dureza, más capacidad de sorpresa y terror para el espectador, especialmente a los más versados en esta materia.

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