Esta fue la gran creación de Ross Bagdasarian, que prestó su voz inconfundible a Alvin y otros personajes, después continuada por su hijo, uno de los dobladores de esta película en la versión original, que dio lugar a una popular serie que todos los niños veían con entusiasmo en los últimos años cincuenta y los primeros sesenta, logrando un predicamento que hoy aún se recuerda y cuyos ecos quiere reverdecer este film. Su estreno supone hoy en la cartelera navideña el clásico film familiar para atraer a los pequeños de nuestro tiempo.

Esta película nos presenta a las conocidas ardillas Alvin, Simon y Theodore, instaladas en el hogar de Dave Seville. Tratan de convencer al dueño de la casa de que las deje vivir con él, no sólo para demostrarle que su comportamiento puede ser tan normal como el de cualquier persona, sino porque también pueden cantar. Con el tiempo consiguen revelarse como la sensación musical del momento, pero los conflictos en el hogar comienzan cuando el éxito acaba enfrentándolos con Dave. Claro que con el desempeño de su carrera musical advertirán que haber conseguido formar una familia es el mejor de los triunfos.

Ross Bagdasarian, músico y compositor, muerto en 1972, estrenó en 1958 la canción The Chipmunk song (Christmas don´t be late), premiada con tres Grammys, que dio lugar al espectáculo de las ardillas cantantes. Casi cincuenta años después su hijo, Ross Bagdasarian Jr. y su esposa Janice Kaman, producen esta película que, según ellos, ha surgido conservando el espíritu original. Se ha realizado con la modalidad de animación que se conoce como CGI, cuya calidad tecnológica parece dar vida propia a las ardillas protagonistas. Todo ello ha permitido una animación mucho más cuidada y perfecta que la de su origen televisivo con el oportuno rediseño de los personajes.

Sin más pretensiones, Alvin y las ardillas constituye el clásico entretenimiento familiar, ameno y divertido, que hará las delicias de los más pequeños. Esperemos que el mensaje ejemplar del film sobre la importancia de la disciplina en toda actividad y los valores de la familia, sepan captarlo especialmente los menores a quienes esencialmente va destinado.