José Ramón Pedrosa escribe que "en la labor propia de un coleccionista subyace un sentimiento de contribución al bienestar común, la de un filántropo, que apuesta por el arte como don para la sociedad". Añade en el mismo texto, sobre artista y filántropo, que "las pulsiones y motivaciones profundas de ambos terminan por llevar a un sentido de trascendencia a través de una entrega desinteresada a la sociedad".

Esas palabras de Pedrosa como comisario resumen bien el sentido de la muestra inaugurada ayer en la sala de exposiciones que la Fundación Caja Rural del Sur tiene en la calle Mora Claros. Víctor Pulido presenta Dibujo [hilo conductor], cuarta individual del artista onubense este año, en la que recupera los dibujos que ha realizado desde 2005 para la Clínica Enrile, con los que su propietario, Quico Enrile, ha felicitado la Navidad a pacientes y amigos.

Hay aquí, pues, un homenaje y reconomiento implícito a la persona que se alía con el autor para potenciar la didáctica del arte, como también apunta el comisario. La propia concepción de esa alianza, de la que han salido trece obras excepcionales, lleva esa apuesta por la universalización del arte a través de grabados que se han llevado a tarjetas de felicitación. Lo cuenta Víctor Pulido, que reconoce que era esta técnica la mejor forma de propagar su expresión al gran público de una forma asequible para el bolsillo del benefactor.

Porque esa misión de evangelización cultural lleva también un recorrido por la historia del arte, en los trazos de Pulido, que ha tomado como inspiración grandes obras de la plástica e ilustres nombres de otras disciplinas. El espejo cada año ha sido, cuenta el propio artista, las distintas efemérides que han supuesto una ventana por la que invitar a asomarse a los receptores de la renovación de buenos deseos de Enrile. Así se encuentran las referencias a Leonardo da Vinci y su Virgen de las Rocas, a Murillo, pero también a Mozart o a Juan Ramón Jiménez. La última aportación, para este 2017 que ahora acaba, tuvo a Colón de protagonista, en un guiño al 525 aniversario de su aventura atlántica que puso a Huelva en el mapa de la historia universal. La próxima, que en un mes empezará a circular por los buzones, es todavía un secreto por desvelar: nada mejor que el factor sorpresa en iniciativas como ésta que se han convertido en motivo para anhelar la llegada de las fiestas, hecha ya tradición.

Desde 2005 procuran los aliados Pulido y Enrile que haya alternancia entre motivos religiosos, de la más pura tradición navideña, y profanos. Porque el arte creció entre lo sagrado y evolucionó con lo pagano, para colarse en el diario del pueblo, camuflado entre escenas cotidianas que marcan el pulso de la expresión actual.

El dibujo, como puntualiza el título mismo de la exposición, es el hilo conductor como pensamiento, no exclusivo. Acompañan a los trece originales propiedad de Quico Enrile varias pinturas del artista que fundamentan estos trabajos, más cinco vitrinas en las que ahondar el público en su proceso de creación, también hecho pieza artística en su envoltorio. Un regalo excepcional cada Navidad.