A toda lira

Pedro García Morales y Primitivo Lázaro, emblemas onubenses del Nacionalismo español

  • Realizamos una semblanza de dos figuras arraigadas a Huelva que determinaron la música del siglo XX en nuestra tierra. García Morales se ganó la confianza de Inglaterra al estrenar sus obras y difundir lo mejor de la música española del momento. Primitivo Lázaro expandió el lenguaje pianístico inspirándose en el folclore onubense y rescató el lirismo de la canción y la zarzuela

El compositor Pedro García Morales, Juan Ramón Jiménez, el pintor Eugenio Hermoso y Manuel Siurot.

El compositor Pedro García Morales, Juan Ramón Jiménez, el pintor Eugenio Hermoso y Manuel Siurot.

Pedro García Morales es un violinista, compositor y poeta onubense nacido en 1877. Su padre fue su primer maestro de música. A la edad de diecinueve años se marcha a Madrid, donde recibirá clases del célebre Pablo Sarasate. Con el comienzo de siglo se traslada a Londres bajo la recomendación de Enrique Fernández Arbós. Allí estudiará en el Royal College of Music las disciplinas de Piano, Viola y Composición. De hecho, la capital de Inglaterra se convertirá en su residencia definitiva en 1907; desde entonces la sociedad londinense sabrá de primera mano el gran repertorio español debido a Falla, Albéniz, Turina y Granados. Sus conciertos y recitales estaban rodeados de solemnidad y en tierras británicas se le conocía como Mister Morales. 1911 es el año de su debut como compositor, el inicio de una trayectoria prometedora llena de éxitos. Entre 1927 y 1936 dirigió la Orquesta sinfónica de Londres, colaboró con la orquesta de la BBC y el escenario habitual fue el Royal Albert Hall londinense. En su repertorio figuran Esquisee andalouse o Boceto andaluzBagatela así como una veintena de canciones sobre poemas en español, inglés e italiano. En la década de los treinta padeció una depresión a consecuencia de la muerte de dos hermanos suyos; aunque tuvo compensaciones gratas, como la emisión radiofónica desde Londres de un concierto dirigido por él en 1935, que toda Huelva escuchó absorta. A su casa retorna los últimos días de su vida y fallece en 1938.

García Morales fue un artista emprendedor e inquieto que incluso durante su estancia en Inglaterra no dejaba de volver a Huelva para ofrecer conciertos y recitales. Gustaba mucho a la sociedad onubense de la época aquel espíritu bohemio de sus interpretaciones donde se oía el repertorio español de actualidad candente. El teatro “Colón” era uno de los espacios frecuentados por el compositor onubense y por él pasaron músicos de la talla de Rafael Gisbert, Julio Fajardo, Enrique Díaz y Augusto Rey. Su música despertaba el entusiasmo entre los onubenses, admirados de este paisano ilustre que no sólo estrenó sus propias composiciones en la capital de Inglaterra; sino que también se codeó con los artistas más reputados del momento, como el violinista Fritz Kreisler. Una de las veladas más memorables transcurridas en Huelva fue en 1914, un concierto que contó con la Orquesta filarmónica y la dirección de su mentor: Enrique Fernández Arbós.

Su música contiene toda la elegancia del cambio de siglo que alterna el lirismo de la melodía y la armonía tardorromántica. El ambiente distinguido de salón aflora en sus canciones y en aquellas obras orquestales donde las familias instrumentales se engarzan formando un tejido característico del lenguaje nacionalista español.

El compositor Primitivo Lázaro tocando el piano. El compositor Primitivo  Lázaro  tocando el piano.

El compositor Primitivo Lázaro tocando el piano.

Primitivo Lázaro

Primitivo Lázaro nace en Fuentemolinos (Burgos) en 1909. Invidente desde los tres años ingresa en el colegio de ciegos de Madrid, donde estudiará Magisterio, Solfeo y Piano. Precisamente su madre le adentró en la música al descubrir en él grandes dotes. Entre 1936 y 1938 vivirá en Salamanca y un año más tarde llega a Huelva, donde se hará cargo de la Delegación de la O.N.C.E. Su esposa, María Carrasco, soprano, ha contribuido decisivamente a la expansión de su carrera de compositor, que da los primeros frutos en la década de los cincuenta. El vínculo que el maestro sentía por las tradiciones religiosas era muy intenso: escribirá los himnos para los Congresos marianos “María, estrella de la evangelización”, el de la Virgen de la Cinta y el de la Inmaculada Concepción. Después llegará una serie de canciones que realzan el sabor de lo popular en el contexto de la música escénica española. En 1965 recibe el galardón del primer Festival Atlántico de Sanlúcar de Barrameda. Será en la década de los ochenta cuando da a conocer obras para piano con  que ha alcanzado celebridad como compositor: Rapsodia onubense (1980), Gruta de las maravillas (1985), la suite “Quinto centenario del descubrimiento de América” (1987) Y para la década siguiente Castilla (1994) y Homenajes (1996). Lázaro es autor de la que se considera la última zarzuela del repertorio: Cuando se ponga el Sol, estrenada  en el Gran teatro de Huelva en 2000.

Pianistas nacionales y extranjeros han incluido en sus programas la música de este burgalés-onubense, que se hizo famoso en los auditorios de la provincia de Huelva en los ochenta y noventa. A lo largo de este periodo se despertó en la capital una admiración que llevaría a su nombramiento como Onubense del Año en cuatro ocasiones y el de Hijo adoptivo en 1995. El compositor muere en 1997. Y a título póstumo se le concedió la Medalla de la Academia de las Buenas Letras en 1999.

Musicólogos y críticos consideran a la música de Primitivo Lázaro como el último eslabón del Nacionalismo español. Concretamente su lenguaje pianístico hace más frondosa la paleta de colores que iniciaran Falla o Granados y  opta por un discurso temperamental donde se encumbra a los grandes maestros del Romanticismo. Sus canciones contienen las raíces del folclore tamizadas por un atinado academicismo. Y en la zarzuela pone a flor de piel una melodía radiante en romanzas, coros y preludios.

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