Crítica de Música

Encuentro renovado con grandes artistas

Un momento de la Sonata para violonchelo y piano en mi menor de Brahms.

Un momento de la Sonata para violonchelo y piano en mi menor de Brahms. / josué correa

Grupo oscar esplá de asisaHHHHH

Ciclo de conciertos de Asisa. Programa: Invenciones de la BWV 787 a la 791 y Suite BWV 1012, de Bach, Dúo KV 423 de Mozart, Sonata D 574 de Schubert y Sonata opus 80 de Brahms. Intérpretes: Katie Featherston, Kathryn Anna Paliiwoda (violín), Cristina Cordero (viola), Marcos medel (chelo) y Ricardo Ali Álvarez (piano). Fecha: Miércoles, 9 de noviembre. Lugar: Salón de actos de la Caja Rural del Sur.

Huelva se suma a la celebración de un cuarto de siglo musical: el 25 aniversario de la Escuela Reina Sofía. Y ha sido la Caja Rural del Sur la entidad que ha propiciado el concierto de un grupo cuyos músicos se han formado en tal institución.

El gran nivel de estos instrumentistas vuelve a dejar huella en la capital onubense en un concierto auspiciado por Asisa y a cargo del cuarteto Óscar Esplá. Melómanos onubenses recordarán la presencia de músicos de la Escuela en veladas de los años noventa. Se partía de la encomiable iniciativa de unir la medicina y la música bajo el lema La música es vital para la salud y la salud es vital para la felicidad. Agrada vercómo la música se acerca cada vez más a la medicina. Propuesta que no dejaba indiferente con un programa que a través de las invenciones a dos y tres voces de Bach establecía un puente con las densas obras del Clasicismo y el Romanticismo.

La idea de alternar las breves piezas barrocas con lo clásicorromántico daba sentido a un gesto didáctico-artístico. La Sonata de Brahms mostraba lo mejor del conjunto. El robusto timbre del chelo se apoderó de la Sala mientras que el piano desprendía ese camerismo de altura; se sucedían las secciones con naturalidad favorecida también por buen rubato. Hacia el final hay unos efectos armónicos del arco que unido al piano depararon un cierre de verdadera transfiguración.

Magnífico rendimiento en el Allegro moderato de la sonata en La de Schubert. La violinista polaca Anna Paliwoda deslumbró al auditorio con su violín, de sonoridad colorida y llena de brío que hacía encantadores los pasajes más pegadizos de la obra. Destacamos la sección modulante de los primeros compases y el episodio con tresillos y otra sección sincopada del piano, detalles que coronan la inventiva del compositor. Habría sido conveniente recortar la potencia del violín en algunas secciones para dotar de mayor sentido camerístico.

Las Invenciones de Bach tocadas por cuerda adquieren otro valor; aunque suenan atípicas nos hacen pensar en Laofrenda musical. En la primera serie hicieron unas bonitas dinámicas por terraza ; la segunda propició con su textura armónica evocaciones a la francesa en la línea de Rameau , una exquisitez que dejó prendado al público. Por su lado el preludio de la Suite B.W.V. 1012, en versión de viola, se desplegó con naturalidad en discurso penetrante; sus repeticiones en piano de los motivos redondeaban su interpretación.

Inadecuado Mozart: una sonoridad demasiado grande y con pasajes desproporcionados; la frase del principio tenía la grandilocuencia de un concierto romántico. Faltaban sonidos a media voz, sobriedad clásica.

La presentación del grupo era dispersa porque los cuatro no llegaron a tocar juntos, ¡habiendo tantos cuartetos en el repertorio!

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