Tenía que ser una noche de verano, cielo limpio y una buena pandilla de estrellas en todo o alto. Tenía que ser una reunión de amigos, de colegas y de poetas, muchos poetas. Y también tenía que ser la excusa perfecta, para ver si entre todos hacían de una noche así, una mágica noche.

El punto de encuentro era la casa del poeta, en pleno corazón del Campo de Canela. Los convocados, una treintena de personas y personajes, pero todos, de inmenso corazón y mejores versos. Y la excusa, la presentación del poemario Consejo de redacción, de autor ayamontino Ruanacher, donde se hacía homenaje a los responsables desde hace algo más de 10 años, de decidir que libros publicar en las colecciones ayamontinas Los cuadernos de la Barranca y Los libros del estraperlo que publica la editorial sevillana Wanceulen.

En este poemario se incluían poemas de los seis miembros del consejo de redacción, Eladio Orta, Clemen Esteban, José León, Diego Mesa, Carmen Herrera y Ruanacher. El prólogo, como en otras ocasiones, es del poeta portugués Fernando Cabrita. La maquetación del especialista en el tema Antonio Garrido y la publicación, de la Editorial Wanceulen de Sevilla. Y que esta noche especial se reunían todos ellos por vez primera. Y todos ellos, junto a alguno de los invitados que se atrevió con algún poema, recitaron y abrieron camino a poemas inéditos y a poemas con cierta mayoría de edad.

Una noche, que para algunos ya se ha quedado en su retina y en su experiencia, como una noche llena de magia. Porque junto a los poemas se dio espacio a la conversación, a la discusión, a la toma de un vino y a una buena cosecha de sonrisas. Una noche que supo compartir todo y ser generosa con quienes lo son cada hora de cada día.

Pero a buen seguro volverán a encontrar una excusa perfecta para repetir semejante vivencia y para dar una oportunidad a la vida de ser agradecidos con poco, y sin embargo siendo tanto para todos y cada uno de ellos. Consejo de redacción ya forma parte de ese escuadrón de algo más de 60 ejemplares publicados en las colecciones Ayamontinas. Que los vientos sean favorables y los poemarios sigan naciendo a partir de esos acuerdos que se toman entre la jara y las chumberas de este territorio tan especial y tan mágico, como es el Campo de Canela. Gracias amigos.