Cultura

Encantos imprevisibles

Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: Estados Unidos y Francia, 2013.- T.O.: 'Fading gigolo'.- Duración: 90 minutos.- Dirección y guión: John Turturro.- Fotografía: Marco Pontecorvo.- Música: Abraham Laboriel y Bill Maxwell.- Montaje: Simona Paggi.- Intérpretes: Woody Allen, John Turturro, Sofía Vergara, Sharon Stone, Vanessa Paradis, Liev Schreiber

Entiendo que una película que reúne a Woody Allen, como actor protagonista, y al gran intérprete John Turturro, como guionista y director, puede interesar directamente a muchos cinéfilos. Sobre todo si estos recuerdan que, además de intervenir en unas sesenta películas -algunos lo han llamado "el rey del cine indie"-, a las órdenes de grandes directores, ha dirigido cinco, entre ellas Mac (1992), su opera prima, premiada con la Caméra d´Or en el Festival de Cannes; una tan estimable y original como Illuminata (1998), varias realizaciones para televisión, una de las cuales, Monk, ganó el premio Emmy y ha dirigido teatro: en una ocasión la obra de Federico García Lorca Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.

Todo ello hace de esta nueva realización de John Turturro, de origen italiano, con Woody Allen, de origen judío, como coprotagonista una especie de garantía de estar ante una garantizada interpretación poco corriente. Y realmente así es, porque lo mejor del film es ese buen trabajo que Turturro ha dedicado a Allen y a su vez le ha permitido desarrollar una tierna interpretación.

El guionista y director que siempre había expresado una tendencia hacia el melodrama con influencia del género a la italiana, aquí ha preferido intensificar el tono de comedia agridulce, a la que no le faltan matices de cierta calidez y ternura. Es la decisión de Fioravante que se convierte en gígolo para ayudar a su amigo Murray, un librero que está pasando por una angustiosa situación económica. Están tan agobiados que ponen en marcha un negocio de prostitución masculina. Fioravante, dependiente de floristería, será el gígolo, para lo que puede ejercer encantos imprevisibles, "un amante experimentado", dice su amigo. Murray será su representante. La comunidad judía, a la que ambos pertenecen, con sus prejuicios no verá con muy buenos ojos esa aventura empresarial.

En principio resulta increíble desde cualquier perspectiva esta actividad de la pareja, sobre todo ante la figura de John Turturro en un papel de seductor, capaz de componer un tipo de grandes atractivos sexuales para las damas. Eso sí, el realizador sabe aprovechar el tema para ironizar sobre ciertos tópicos en el ámbito de determinadas actitudes judías, pero también entre los negros y ciertas mujeres adineradas.

En ese tono disparatado en que el actor-director ha concebido su comedia, la primera parte abunda en situaciones que divertirán al público si bien se advierte después demasiada conformidad con la inmadurez de la pareja protagonista, sin que el relato mantenga una línea de creciente intención sarcástica. Entonces al espectador no le queda más que admirar las dotes interpretativas de Woody Allen y John Turturro, a los que corresponden también el resto de los integrantes del reparto y en él, sobre todo, Sharon Stone, con maduros encantos, y la bella colombiana Sofía Vergara, de más juvenil fascinación.

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