Cultura

Los Cuentos Asombrosos de Pavón

  • El artista expone sus investigaciones de campo en el Museo Vázquez Díaz de Nerva

El Museo Vázquez Díaz de Nerva muestra hasta el 28 de julio las exploraciones creadoras del artista sevillano Sergio Pavón y sus Cuentos Asombrosos, cuya inauguración coincidió con la presentación de los trabajos de Fin de Curso de la Escuela de Pintura de Nerva.

Según confiesa el propio autor, "perdido y desconcertado", decidió realizar batidas sobre el terreno en busca de una definitiva cartografía que le sirviera de apoyo en el extraño mundo en el que se encontraba. "Emprendiendo excursiones diarias por la misteriosa tierra que ahora me albergaba, decidí llevar a cabo un trabajo de campo que apoyara mi teoría".

Las pruebas que con estoica paciencia procuró recopilar demostrarían a sus colegas lo acertado de sus estudios. "El solapamiento dimensional existía, y esos planos alternativos, enredados entre los planos de nuestro espacio-tiempo, suponían una realidad tangente a la que habitamos".

Por todo ello, espera Pavón que, sus estimados colegas, validen y admitan como prueba concluyente e irrefutable las imágenes que ha captado con sus útiles de medidas y otras técnicas de las que ha podido valerse. "Sirva para ilustra la existencia de dos mundos hermanos, nacidos en el mismo momento aunque con evoluciones diferentes, que cohabitarían juntos, latiendo al unísono y separados por una finísima membrana de espacio y de tiempo. Línea que yo he conseguido traspasar y desde cuyas fronteras os hago llegar estas notas", comenta.

Para el catedrático de Historia del Arte de la Facultad de Historia de la Universidad de Sevilla, Fernando Martín Martín, "el conjunto de obras reunidas es el resultado del trabajo efectuado de una indagación sobre distintos temas u o sesiones que a lo largo de su trayectoria han configurado un mundo singular dentro de una clave lingüística personal, que tiene prioritariamente en el dibujo su más clara forma de expresión, sin que ello suponga, antes al contrario, el desdén por otras prácticas, como la pintura, el gouache, o incluso la cerámica, tal y como se evidencia en esta muestra. Independientemente de las distintas técnicas empleadas, aunque determinantes en su consecuencia plástica, la obra de Sergio Pavón está impregnada por un sentido fantástico y surreal que responde a lo que podríamos calificar de "Ars Combinatoria", es decir a una manera de representar la realidad, como una osmosis compleja y plural de seres y naturalezas prodigiosas en su entidad y argumento. De este modo se nos presenta un catálogo de convergencias inverosímiles, y por tanto maravillosas, entendiendo este calificativo como asombroso, pero con suficientes indicaciones como para ser interpretadas y deducir su intencionalidad inicial".

Creaciones notables, son también las esculturas cerámicas que Pavón vuelve a realizar como una parte más de su quehacer artístico, esta vez evocando distintas etnias en forma de cabezas ladeadas y los ojos cerrados bajo el título genérico de Durmientes, azteca, ibero, medieval, oriental, a excepción de la estilizada y barbada cabeza del profeta Ezequiel concebida a modo de máscara. Cerámicas que nos remiten a una tradición casi perdida en el medio plástico contemporáneo, que se sitúa entre lo popular y el trabajo artesano, casi siempre dentro de un ámbito estético ingenuo perteneciente a una galería de personajes que se expresan entre la comicidad y la ironía. En este sentido hay que señalar que la practica de la escultura cerámica del artista sevillano, se inscribe dentro de una recuperación que tiene sus antecedentes en la labor efectuada en la década de los 70 por autores como María Manrique o Francisco Cortijo, entre otros.

La muestra permanecerá abierta hasta el 28 de julio. Sergio Pavón (Sevilla, 1976). Licenciado en Bellas Artes, desde hace unos años expone su obra en galerías (Haurie, Nuevoarte, o Belganboxer, entre otras) y ferias de arte contemporáneo (Arco'10, Iberarte en Zaragoza o ArteSevilla) . Centrándose principalmente en el dibujo y la pintura, y examinando el mundo que le rodea a través de un prisma surreal y onírico, pretende no sólo enfatizar (simbólica e inquietantemente) sobre un tema, sino que además su intención es hacer que el público se divierta y extraiga sus propias conclusiones.

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