Cultura

Comedia a la francesa

Multicines La Dehesa Islantilla.- T.O.: 'Pièce montée'.- Producción: Francia, 2010.- Duración: 90 minutos.- Dirección: Denys Granier-Deferre.- Guión: Jérôme Soubeyrand y Denys Granier-Deferre basado en la novela de Blandine Le Callet.- Fotografía: Aurélien Devaux.- Música: Olivier Bernet.- Montaje: Sophie Cornu-Abela.- Intérpretes: Jérémie Renier, Clémence Poésy, Danielle Darrieux, Jean-Pierre Marielle, Christophe Alévêque, Aurore Clément, Julie Depardieu

Uno no puede menos de celebrar la presencia de una película francesa en nuestra cartelera, lo cual no resulta excepcional. Los amantes del cine galo de nuestra capital, de los que conozco a varios, se verán obligados a viajar a Islantilla - siempre es agradable - para ver esta película. Sin duda, les llamará la atención el apellido del realizador, porque se trata de Denys Granier-Deferre, hijo del prestigioso Pierre Granier Deferre, del que pronto advertimos que ha sabido heredar con buen oficio la maestría de su progenitor.

Y estamos desde las primeras escenas en un escenario grato para los admiradores de la buena comedia. Bérengère y Vincent, atractivos, jóvenes y enamorados, celebran su matrimonio cual lo manda la más fiel tradición burguesa. Como suele ocurrir en estos casos las familias y sus amistades se reúnen en el campo dispuestos a celebrar una jornada feliz, disfrutando de un excelente día de primavera. Sin embargo no será así para todos. La alegría de unos es la tristeza para otros, cuando no todo discurre como aparentemente se esperaba y los familiares desnudan sus diferencias. Diversos acontecimientos juegan un distinto papel en el acontecimiento.

Con más de veinte años de demora, tal vez por su fracaso con Blanc de Chine (1988), tras los éxitos en la televisión, Denys Granier-Deferre, regresa al cine y adapta el best-seller de Blandine Le Callet, Pièce montée. No es muy original el planteamiento ya que los conflictos en las celebraciones nupciales han sido muy recurrentes en la cinematografía de todas las nacionalidades y aquí podría citar tantos ejemplos que no cabrían por supuesto en el espacio de esta crítica. El realizador se vale de la desahogada posición social de los protagonistas, las familias de los contrayentes, para ofrecernos el retrato sarcástico y agudo de sus lacras: la falsedad, la hipocresía, sus vacíos y sus artificiosas ostentaciones. Lo de costumbre: vicios privados, virtudes públicas.

Pero en el conjunto hay de todo, preciso es decirlo, y apreciamos tipos muy curiosos y característicos, que han sido agudamente tratados, con más o menos acierto en algunos casos y, además, con revelaciones sorprendentes que alcanzan los mejores momentos de la película..En este aspecto la pareja de mayores, interpretado por Danielle Darrieux y Jean Pierre Marielle, que siempre fueron unos excelentes actores, es realmente impagable. Sólo por ellos merece la pena la película.

Todo influye no obstante para que abunden las secuencias jugosas que los espectadores celebran con más de una carcajada. Salvo lo más manido de este tipo de argumentos, hay méritos suficientes para que los amantes de la comedia clásica, genuinamente francesa, lo pasen divinamente. Al menos nos aparta del tono medio, nada apreciable, que vemos habitualmente.

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