cRITICA DE ARTE

Budapest, por ejemplo

Por imperativo amistoso, juro ante Sánchez Gordillo que en ningún momento el avasallamiento es de tipo laboral, el director de Huelva Información me arrojó el pasado martes a la calle en busca de exposiciones. Y hacía años que no llovía tanto como en esa tarde de otoño. Empapada y fría llegué a la redacción. Desolada y desconcertada me senté ante el ordenador.

La que garabatea estas líneas, es cierto, lleva más de dos meses sin escribir ningún artículo para su ventana mediática. Al principio, pensaba, el desértico y estéril proceso creativo se debía a que estaba saturada tras un verano "bailando entre chocos". En parte, razón es. Pero… hay más. Mucho más, y con ello no defendiendo al director de este periódico, que me estampó sin escrúpulo ante tal cortina de agua y sin paraguas que me defendiera.

Se puede escribir de mil cosas alrededor del mundo del arte, pero cuando una lo que quiere es analizar el panorama artístico de la ciudad en la que vive, se encuentra con un yelmo lorquiano que ríase el personal de la aridez escultórica de Alberto Sánchez, ese idealista social que dejó su estrella de libertad en los campos de Rusia. No hay más flor que aquella que corona la fortuna de los que no ven o sienten la puta crisis que nos mata. No hay más que lo que una (y uno) quiere arriesgar.

No vemos o no queremos. Nos conformamos. Nos refugiamos en la crisis y lo justificamos con un "ahora es imposible". No sé si Huelva está en la UVI o celebra en continuo el día 1 de noviembre. En lo que se refiere a ofertas expositivas, la luz se tiñe de desesperación. Cajasol es tan sólo un muerto sin que nadie le llore. Ni la Caixa de Barcelona, que ha puesto su mosca de Miró al lado del sol del membrillo tardío de la torre de Pelli, es capaz de resucitarla. Quizá esté también pensado en construir por collons un emirato independiente. AndaluCIA, por la Caixa y la Humanidad. La UHU gira alrededor de su sala circular, pero se marea esperando a Godot en forma de Latitudes. Qué falta de creatividad. Qué falta de todo. Tantos profesores y asesores para… sólo venir los días (que quieren) de Sevilla, su lugar de residencia.

La Casa Colón sólo rinde cuentas a Halloween. Nunca la nada dio tanto susto. El Museo acoge restos de naufragios. Lo importante, para esos tenemos gerifaltes democráticos, es imponer bajo el sol y la camisa blanco nuclear, como los hijos de José Antonio, el eslogan esta es "nuestra cultura, nuestro pueblo". Qué cierto, de tanto "nuestro…" no han dejado nada para el resto, los que no pensamos y no queremos ser como ellos. Qué verde era mi valle.

La Diputación se desmelena por los QR. Fachada y foto. Ahora bien, indaguen un poco. Q.P.D.E. La fundación Caja Rural del Sur sigue pitando, pero le pido a sus próceres que piten de otra manera. La cantinela se hace ya un poco cansina. Ya lo escribimos el año pasado por estos días. Con tantos muertos, nos vamos a acordar en exceso de ellos. No obstante, insisto, menos mal su programa. De lo contrario...

Y todo esto por qué. En tiempos de crisis, de recesión, de primas de riesgo y de rescates, sale al escenario una ciudad, que no es Huelva, evidentemente, que está lejos de los circuitos oficiales culturales y regala una lección de cordura, de inteligencia.

El museo de Bellas Artes de Budapest, tras veinte años de preparación, inaugura la exposición más importante del, probablemente, más influyente pintor del arte moderno. Cezanne y el pasado. Tradición y creatividad, es una muestra que reúne más de un centenar de óleos, acuarelas y dibujos y los enfrenta con precisión a cuarenta obras de otros artistas de distintas épocas. Entre ellos, Bernini, Tiziano, Miguel Ángel, Delacroix, Le Nain, Chardin, Goya, Rafael o Poussin. Según la información que esta articulista ha recopilado, desconozco si hay obras de El Greco, un pintor que siempre estuvo presente en el universo celestial y terrenal del autor de Aix-En-Provence. Si las hubiera, ¡eureka! Lo más completo de Paul Cezanne jamás reunido, acompañado de sus obsesiones pictóricas.

Sin miedo a la crisis, madurando la exposición como la cocina de la abuela, hasta febrero de 2013 tenemos la oportunidad de admirar al constructor de cilindros y esferas más exquisito, sensorial y uniforme sobre paisajes, retratos y bodegones que ha dado la pintura desde Zurbarán. Cezanne rompió, con solidez y perdurabilidad, la perspectiva renacentista llamando con raciocinio y sensibilidad a las puertas del arte contemporáneo. Budapest da una lección magistral de saber hacer a Madrid, Barcelona, París, Berlín, Londres o Nueva York sin tener que colgarse el cartel de ciudad abierta y cosmopolita.

Que cunda el ejemplo de Budapest. Que Huelva despierte. Y que mi director de Huelva Información no me obligue a ir a la calle en busca de nada. Mis ojos, calados sin lágrimas. Vendrán nuevos tiempos. Vendrán nuevos onubenses.

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