Cultura

El gaditano Antonio Hernández gana el Premio Nacional de Poesía

  • El jurado destaca el carácter totalizador y arriesgado de la obra 'Nueva York después de muerto'

Antonio Hernández ganó ayer el Premio Nacional de Poesía por su poemario Nueva York después de muerto, una obra "totalizadora, arriesgada y comprometida que recoge la herencia literaria", según el jurado, que destacó también que es "un libro que rehumaniza y salva del olvido". El galardón, que está dotado con 20.000 euros, reconoce la obra de un autor español escrita en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado y editada a lo largo del año anterior.

Nacido en Arcos de la Frontera (Cádiz) en 1943, Hernández ya obtuvo este año el Premio Nacional de la Crítica con este mismo poemario. "Me siento igual que Rafael Chirbes, un estupendísimo escritor al que admiro, porque yo también he ganado este año el de la Crítica y el Nacional, y como la poesía es la hermana bella y pobre de toda la literatura me hace mucha ilusión", explicó el poeta tras conocer el fallo del galardón.

"Le doy las gracias al jurado y me gusta que diga que -la obra- salva del olvido, una frase que me recuerda a Cernuda y su Donde habite el olvido. Cernuda está presente en el libro porque era gran amigo de Lorca, quien junto con Rosales son los protagonistas del poemario", subrayó el galardonado.

En Nueva York después de muerto hay tres protagonistas: Lorca, Rosales y el propio autor. "Es un coloquio y un libro que hice, por así decir, por encargo de Luis Rosales -apuntó-, una persona muy irónica que cuando estaba ya en casa mal con una embolia me pidió que le llevara libros porque ya no tenía su biblioteca. Un día me dijo que hubiera querido terminar su obra con una trilogía que se llamara Nueva York después de muerto".

"Nunca pensé que yo lo haría, pero después de unos años en Cádiz me puse a la obra. Es un libro complejo, lleno de filosofía, antropología, sociología y su interrelación con los tres géneros: poesía, narrativa, teatro, además del periodismo. Es un intento de poesía total y un homenaje a la trilogía de Rosales", añadió el andaluz.

"Con este libro, que era una apuesta grande y arriesgada, cosa que en la poesía actual existe poco o nada, he quemado mi ultimo cartucho y parece que ha salido bien", recalcó.

Hernández cultiva la narrativa, el ensayo, el periodismo y, sobre todo, la poesía, con títulos como El mar es una tarde con campanas, Con tres heridas yo, Sagrada forma, Habitación en Arcos, El mundo entero, Insurgencias(Poesía, 1965-20007) y este Nueva York después de muerto.

La obra de Hernández ha sido reconocida con un importante número de prestigiosos premios, el de la Crítica de Poesía, el Andalucía de Novela, el Gran Premio Centenario del Círculo de Bellas Artes, el Rafael Alberti, Gil de Biedma, Miguel Hernández y Tiflos de poesía, entre otros.

La totalidad de su trayectoria ha sido reconocida con el premio Andalucía de la Diputación Provincial de Almería, el Valencia de Literatura de la Diputación Provincial de Valencia o el Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija.

Su obra ha sido traducida a más de 20 idiomas, entre ellos el italiano, ruso, serbio, árabe, chino y coreano, además de al gallego, portugués, catalán y valenciano.

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