Lejano oriente Un país en busca de su identidad perdida

Un conflicto con siglos de existencia

  • Las manifestaciones antichinas en el Tíbet colocan en el punto de mira, en vísperas del gran escaparate de los Juegos Olímpicos, la problemática de una región absorbida por la potencia asiática hace 58 años

1959

El conflicto en el Tíbet nace de desacuerdos sobre la historia de las relaciones entre China y el Tíbet, y es muy anterior al régimen comunista nacido en 1950 en Pekín. Hoy vuelve a ser protagonista justo en vísperas de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Pekín.

Mientras China asegura que el Tíbet es parte del país asiático desde hace siglos debido a uniones dinásticas, los tibetanos piensan que el país fue sometido injustamente por los chinos en diferentes periodos de la historia, el último de ellos desde hace 58 años. Se considera que los pueblos tibetanos comenzaron a ser una entidad política diferenciada hacia el siglo VII, cuando se constituyen como un reino.

Songtsen Gampo (604-650), héroe nacional tibetano, fue el que logró unificar los pueblos del Techo del Mundo. En tiempos de este primer rey comienzan los vínculos del Tíbet con la vecina civilización china, ya que siguiendo políticas de alianzas se casó con una princesa china llamada Wencheng, de la dinastía Tang).

En esta unión se basa China para afirmar su soberanía sobre la región, algo a lo que se oponen los independentistas tibetanos, que afirman que el aislamiento geográfico de la región le ha permitido ser virtualmente independiente durante gran parte de su historia, pese a las injerencias de potencias vecinas y occidentales.

Con reyes posteriores a Songtsen Gampo, el reino del Tíbet alcanzó su máxima extensión e incluso puso en jaque a la vecina civilización china, llegando a controlar brevemente la ciudad de Changan (actual Xian), la capital del Imperio del Centro.

China asegura que hacia 1372 la recién formada dinastía Ming otorgó al mandatario tibetano una suerte de "virreinato" y le obligó a pagar tributo a la corte china, lo que en esencia significaba el dominio del imperio chino sobre el Tíbet. Esto no es reconocido por los independentistas tibetanos.

En 1720, la última dinastía china (Qing), aprovechando un conflicto entre dos líderes tibetanos, invade el Tíbet e instaura un gobierno encabezado por el Dalai Lama. En los siglos XIX y XX, el Tíbet, como otras zonas de China, intentó ser colonizado por los imperios occidentales, principalmente el Británico, que exploró la región y lanzó una invasión en 1904 encabezada por el coronel Francis Younghusband.

Tras llegar a Lhasa, impusieron a Tíbet y China la obligación de abrir la aislada región al comercio con el Imperio Británico, que en algunos tratados posteriores la trató como entidad independiente, pese a la oposición de Pekín.

En 1913, aprovechando la caída de la dinastía Qing en 1911 y el caos de los primeros años de la República de China, el Tíbet declara unilateralmente su independencia. La anarquía que China sufrió en las décadas posteriores permitió a Tíbet fortalecer su independencia a principios del siglo XX, situación que terminó en 1950, cuando las tropas chinas invadían el Tíbet.

Los tibetanos se levantaron en 1959. Pero el fracaso de la rebelión iniciada en marzo de ese año (y cuya conmemoración motivó las últimas protestas) provocó la huida del Dalai Lama y a la creación de un Gobierno en el exilio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios