Delegaciones del Gobierno venezolano y de la oposición fijaron el comienzo de un diálogo político, con el Vaticano como mediador, y en el primer encuentro los opositores pidieron la reactivación de un referéndum contra el presidente Nicolás Maduro, dijeron ayer participantes del encuentro. La mesa de diálogo fue instalada la noche del domingo con el fin de buscar una salida a la crisis del país.

Maduro participó en la cita y, tras un apretón de manos con los delegados opositores, se comprometió a respaldar las conversaciones. Las reuniones se extendieron hasta la madrugada. "Vengo dispuesto a escuchar y ojalá a ser escuchado y a buscar puntos de encuentro en función de las grandes mayorías del país, de los intereses nacionales", aseguró Maduro al abandonar el encuentro. En la primera cita se firmó un documento en el que se anuncia la instalación de cuatro mesas de trabajo, según anunció el representante del Vaticano, Claudio Celli.

La oposición hizo énfasis en el rescate del revocatorio del mandato de Maduro o el adelanto de las elecciones, la liberación de varios políticos presos y el reconocimiento a la autonomía de la Asamblea Nacional.

Entre los consensos alcanzados está la adopción de la metodología propuesta por el grupo de mediadores de la Unasur -el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y los ex mandatarios Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (R. Dominicana)- y los del Vaticano. Zapatero coordinará la mesa Paz, respeto al estado de derecho y a la soberanía nacional.

Por otro lado, el presidente de Empresas Polar, la mayor compañía privada de alimentos de Venezuela, Lorenzo Mendoza, denunció un "hostigamiento" por parte de los servicios de inteligencia contra él, sus familiares y los más de 30.000 trabajadores de su compañía. "Quisiera rechazar con total contundencia el hostigamiento y la persecución del cual estoy siendo víctima, yo, mis trabajadores, mi familia, por parte de la Policía política", dijo Mendoza en la sede central de Polar.