Un nuevo país en europa Reunión del Consejo de Ministros de Exteriores en Bruselas

Una UE dividida insta a cada miembro a que decida si reconoce o no a Kosovo

  • Los 'grandes' del bloque (Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia) admiten la independencia de la ex provincia serbia · La oposición de otros estados impide adoptar una posición unánime

Los cuatro naciones más grandes de la Unión Europea (Francia, Alemania, el Reino Unido e Italia) anunciaron ayer el reconocimiento de la independencia de Kosovo, rechazada por España y otros miembros de la Unión que cuestionan su legalidad internacional.

Tras una reunión de los 27 cancilleres en Bruselas, los cuatro grandes de Europa anunciaron de manera coordinada su intención de reconocer la decisión adoptada el domingo por el Parlamento kosovar, que Serbia se niega a aceptar con el apoyo de Rusia. También Estados Unidos reconoció oficialmente al nuevo Estado.

"Tenemos la intención de reconocer a Kosovo", declaró el ministro francés Bernard Kouchner. "El presidente (Nicolas Sarkozy) ha escrito en ese sentido al presidente kosovar. La carta va a ser enviada esta noche", agregó. Casi las mismas palabras utilizó el ministro italiano Massimo D'Alema: "puedo anunciar nuestra intención de proceder al reconocimiento de Kosovo", declaró, en sintonía con sus homólogos alemán y británico.

Finlandia, Dinamarca, Austria, Polonia, Bélgica y otra media decena de países de la UE señalaron ayer que seguirán el movimiento de los grandes que busca poner punto final al sangriento desmembramiento de la ex Yugoslavia.

Según el titular sueco de Exteriores, Carl Bildt, el reconocimiento de esta segunda ola de miembros tendrá lugar "de una forma u otra en el plazo de un mes".

Sin embargo, otro grupo de países europeos, encabezados por España y Chipre, indicaron que no reconocerán, al menos de momento, una independencia que podría servir de precedente a los separatismos en el mundo o en sus propios territorios.

Chipre fue incluso más allá al afirmar que la declaración unilateral de independencia de Kosovo es "jurídicamente nula" y "constituye una violación territorial" de Serbia, según su ministra de Relaciones Exteriores, Erato Kozakou-Marcoullis. "Nunca reconoceremos la independencia de Kosovo", dijo Kozakou-Marcoullis, cuyo país teme que la secesión de la provincia serbia de mayoría albanesa sea un precedente para la República Turca de Chipre del Norte, sólo reconocida por Ankara.

Esta división manifiesta dentro de la UE sobre un tema tan crucial fue posible gracias a un acuerdo entre los 27 para que cada país tenga libertad de reconocer o no a Kosovo a partir de una propuesta presentada por el Gobierno español a sus socios para tener en cuenta la posición de Madrid.

La declaración final de los 27, además de dejar en libertad a los miembros de la UE sobre la cuestión del reconocimiento, reafirma el compromiso europeo con la estabilidad de los Balcanes y aclara que la situación de la provincia serbia "constituye un caso sui generis que no establece ningún precedente". El texto condena los "recientes actos de violencia" cometidos en Serbia y Kosovo contra misiones diplomáticas europeas, e instó a las autoridades serbias y kosovares a "garantizar la seguridad" de los ciudadanos europeos.

En ese marco, los 27 insistieron en la necesidad de tender la mano a Serbia, donde el domingo se registraron ataques contra las embajadas de EEUU y la UE, y defendieron la misión de 2.000 policías y juristas lanzada en Kosovo para acompañar los primeros pasos de la independencia y evitar problemas.

Los países europeos quieren ser "al mismo tiempo amigos de Belgrado y de Pristina", subrayó la ministra austríaca Ursula Plassnik. Así, el jefe de Gobierno italiano en funciones, Romano Prodi, estimó en Roma que Serbia "no debe sentirse abandonada por Europa".

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