El presidente de Francia, el conservador Nicolas Sarkozy, aseguró el lunes, en vísperas de que su país asuma la presidencia semestral de la Unión Europea (UE), que quiere "cambiar profundamente" la forma en que se está construyendo Europa porque "no va nada bien".
"No va nada bien. Europa preocupa y, lo que aún me parece peor, poco a poco los ciudadanos se preguntan si finalmente el nivel nacional no está en mejores condiciones de protegerlos que el europeo", afirmó Sarkozy durante una entrevista de una hora en el canal de televisión pública France 3.
En opinión del jefe de Estado francés, que lleva poco más de un año en el poder, "es una vuelta atrás y si hay vuelta atrás, es que se ha errado en la forma de construir Europa".
"Por lo tanto, hace falta por tanto cambiar profundamente nuestra forma de construir Europa", sostuvo el presidente galo pues "se espera de Europa que proteja a los europeos de los peligros que conlleva la globalización, y ahí es donde no funciona", opinó.
Según el mandatario francés, "tenemos que reflexionar sobre cómo se puede hacer de esta Europa un medio para proteger a los europeos en su vida cotidiana".
En concreto, Sarkozy se refirió luego al "no" de los irlandeses al Tratado de Lisboa en el referéndum del 12 de junio pasado, que según él "complica nuestra tarea".
"La primera prioridad es circunscribir el problema a los irlandeses" y que los otros países "sigan ratificando" el Tratado de Lisboa que debe reformar el funcionamiento de las instituciones europeas.
"No hay que apurarse, pero al mismo tiempo, no tenemos demasiado tiempo" antes de las elecciones europeas de junio de 2009, indicó el mandatario galo.
Inmigración, medioambiente, crisis petrolera y defensa, fueron las otras prioridades de la presidencia francesa de la Unión mencionadas por Sarkozy.
"Tenemos que ponernos de acuerdo en una política que nos proteja a todos. Ese es el sentido del pacto europeo para la inmigración", afirmó el presidente francés para quien el "no" de un país "debe valer para los otros" países.
El presidente francés repitió otra de las premisas de ese pacto que rechaza las regularizaciones masivas, como la que hizo España en 2005 y que él mismo criticó siendo ministro del Interior.
"Tampoco se debe regularizar globalmente y en todo caso, si se hace, se debe pedir opinión a sus vecinos, pues al regularizar en casa, se recibe también a aquellos que están en el espacio Schengen", explicó Sarkozy para quien "hace falta una política de inmigración conjunta".
Una vez más, el presidente francés defendió su propuesta de limitar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de los productos petroleros.
"Si en octubre, el barril sigue subiendo, si está a 175, 180 o 200 dólares, ¿por qué noâ ¿Además seguiremos aplicando el 20% de impuestosâ", se preguntó.
Su propuesta, justificada en que podría aumentar el poder adquisitivo de los europeos, ya fue rechazada por varios países de la UE, empezando por Alemania.
No obstante, la Comisión Europea aceptó en junio examinar el asunto.
Al hablar del Banco Central Europeo (BCE), al que criticó varias veces por su política de un euro fuerte, Sarkozy estimó que "debería plantearse el asunto del crecimiento" y "no simplemente de la inflación" que en junio alcanzó el umbral del 4% en la zona euro (15 países).
Sarkozy dijo que "no permitirá" un acuerdo en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que sacrifique la producción agrícola "en aras del liberalismo mundial" pues provocaría la pérdida de 100.000 empleos.
Durante su presidencia de la UE, Sarkozy espera que se adopte un paquete de medidas sobre la energía y el clima, el pacto europeo para la inmigración, además de otras medidas para que avance la defensa europea.
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