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El Reino Unido revisará su polémica ley sobre crímenes de guerra

  • Brown se disculpa de Livni por la orden de detención y dice que "siempre será bienvenida"

El Gobierno británico, preocupado por calmar la tensión con Israel tras la orden de detención emitida por la Justicia contra la líder de la oposición israelí, Tzipi Livni, prometió estudiar una reforma de una polémica ley sobre los crímenes de guerra, que pone en aprietos a Londres.

El ministro británico de Relaciones Exteriores, David Miliband, trató de desactivar la noche del martes lo que cada vez se asemejaba más a una seria crisis diplomática con un "socio estratégico y amigo cercano del Reino Unido".

Prometió estudiar "urgentemente" una reforma de la legislación británica, que otorga a los jueces jurisdicción universal para crímenes de guerra o crímenes contra la Humanidad.

Contrariamente a otros países, los jueces de Inglaterra y Gales pueden emitir órdenes de detención contra extranjeros de visita, a petición de un demandante, sin tener que someter su decisión a la aprobación de la Fiscalía, como recordó Miliband.

En el caso de Livni, ex ministra de Relaciones Exteriores, la demanda fue interpuesta en un tribunal londinense por asociaciones pro palestinas por su supuesta responsabilidad durante la ofensiva militar israelí contra Hamas en Gaza, en la que murieron 1.400 palestinos.

El juez emitió una orden de arresto, aunque según la BBC ésta fue retirada el lunes después de que la canciller anulara su visita.

No es la primera vez que dirigentes israelíes son amenazados con acciones judiciales en el Reino Unido derivadas de demandas de grupos pro-palestinos.

Los dirigentes británicos intentaron ayer calmar nuevamente la ira de los israelíes, que amenazaron con apartar al Reino Unido del proceso de paz en Oriente Próximo si no se hace nada para modificar la situación actual.

El primer ministro Gordon Brown, quien está en Copenhague para la cumbre sobre el clima, llamó personalmente a Livni para asegurarle que "siempre será bienvenida" en el Reino Unido, según Downing Street. No precisó, sin embargo, qué podía hacer Londres para evitar una nueva orden de detención en su contra.

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