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Raúl Castro aplaza el Congreso que iba a decidir el futuro de Cuba y de Fidel

  • La gravedad de la crisis obliga a posponer la cita prevista para finales de año

El presidente cubano, Raúl Castro, pospuso indefinidamente el VI Congreso del gobernante Partido Comunista, que estaba anunciado para finales de año y debe aprobar decisiones cruciales, incluida la continuación del convaleciente ex mandatario Fidel Castro como primer secretario.

Un comunicado divulgado ayer por los medios informativos cubanos, todos oficiales, decía que el Congreso -el primero desde 1997- se aplazó porque necesita una preparación que no se ha completado. Además, incluye el análisis económico de lo que se ha hecho "y lo que hay que perfeccionar e incluso eliminar".

El documento citó decisiones adoptadas por el Comité Central del Partido Comunista cubano (PCC) en un pleno que encabezó el miércoles su segundo secretario, el general Raúl Castro, quien había anunciado el Congreso para finales de este año, al asumir en 2008 la Presidencia que ejercía como interino desde 2006.

Además, el gobierno redujo del 2,5% al 1,7% el crecimiento de 2009, en el segundo recorte de una previsión inicial del 6%, y anunció medidas "difíciles y nada gratas".

En las fotos que publicó la prensa se aprecia junto a Raúl Castro la silla vacía de su hermano, como es habitual desde que el 26 de julio de 2006 el líder cubano enfermo, cedió el mando ejecutivo y dejó de aparecer en público.

Según el comunicado, el mandatario argumentó que el Congreso "no puede ser un evento más" porque "lo más probable es que, por ley de vida, sea el último que encabece la dirección histórica de la revolución", que lleva más de medio siglo en el poder. Raúl Castro tiene 78 años, Fidel cumplirá 83 el próximo 13 de agosto y el primer vicepresidente, José Ramón Machado, llegará a los 79 en octubre.

En la coyuntura actual, según el gobierno, "el tema principal es la economía" porque Cuba está "ante el imperativo de sacar bien las cuentas de lo que realmente dispone", de cuánto tiene para vivir y desarrollarse.

Cuba padece una depresión económica agudizada en los últimos meses por las repercusiones de la crisis financiera global y los destrozos por 10.000 millones de dólares que dejaron a fines de 2008 tres huracanes. Esos fenómenos, sumados a la penuria crónica que vive la isla desde que se desplomó hace casi dos décadas la Unión Soviética, tienen al único país americano que se dice comunista a punto de pasar de la falta de liquidez a la insolvencia, según analistas y diplomáticos.

El vicepresidente del Consejo de Ministros y titular de Economía y Planificación, Marino Murillo, anunció la reducción de la meta de crecimiento para 2009 y los nuevos reajustes en un informe que presentó al pleno del Comité Central.

Murillo señaló que 2010 "será igualmente difícil" para Cuba, e indica que a partir de ahora se deben cumplir "premisas" económicas como la "descentralización" de los productos y servicios "que más ingresos aportan", y garantizar que los aumentos de producción reduzcan importaciones.

Según el comunicado, Raúl Castro "alertó" sobre la importancia de que los cubanos comprendan que las medidas son "difíciles y nada gratas, pero sencillamente inaplazables". "La revolución está decidida a enfrentar los graves efectos negativos de la compleja situación que vive hoy la economía mundial y el derivado de nuestras propias insuficiencias", dijo el mandatario.

Castro aseguró que el pueblo cubano "sabe crecerse ante las dificultades" y resaltó "la rápida y positiva reacción" ante las medidas adoptadas en junio para disminuir el consumo de energía.

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