Jerusalén este recuperó este jueves cierta calma tras vivir el miércoles una de las jornadas más violentas del último año, con disturbios en varios barrios de la mitad oriental de ciudad, lo que ha hecho que la Policía de Fronteras movilice de inmediato cuatro unidades de reservistas para hacer frente a esta ola de violencia en la urbe.

"Los incidentes de anoche son muy graves y la Policía actuó con determinación para restaurar la paz y lo logró", afirmó el ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, quien anunció la "movilización inmediata" de cuatro compañías de reservistas para hacer frente a los disturbios.

El anuncio del ministro llega horas después de que la Policía de Fronteras -que opera fundamentalmente en Jerusalén este y en los asentamientos de Cisjordania ocupada- comunicara esta mañana que había puesto en alerta a hasta diez unidades de reservistas como parte de una operación para reforzar la presencia policial en la zona.

"Los agentes de la Policía de Fronteras seguirán actuando con determinación contra los infractores violentos para mantener la seguridad pública. Hemos aumentado y capacitado las fuerzas en el sector de Jerusalén y en Judea y Samaria (Cisjordania ocupada) para hacer frente a los incidentes con fuerza y profesionalismo”, indicó el subcomandante del cuerpo, Amir Cohen.

Nueve palestinos fueron detenidos durante la madrugada "sospechosos de estar involucrados en los violentos disturbios", que se suman a los 23 que fueron arrestados por el mismo motivo durante el día de ayer, informó este jueves un portavoz policial.

Los altercados fueron particularmente virulentos en el barrio de Shuafat, donde se ubica el campo de refugiados del mismo nombre y donde el pasado sábado un palestino atacó con arma de fuego a varios uniformados israelíes apostados en el puesto de control de la entrada al campo, matando a una soldado y dejando herido grave a un guardia.

Desde esa noche, la Policía mantiene un cierre parcial del campo de refugiados, controlando las entradas y salidas, mientras busca al sospechoso del ataque, quien huyó al interior del campamento tras el tiroteo.

Ese cierre y el incremento de la presencia policial y los controles en todo Jerusalén este han provocado protestas palestinas, que el miércoles derivaron en fuertes disturbios y enfrentamientos en varios barrios de esa parte de la ciudad, llamada a ser la capital de un futuro Estado palestino, pero que Israel ocupó en 1967 y se anexionó en 1980.

De hecho, los palestinos llamaron a un "día de la ira" y declararon huelga general en la mitad este.

"Por la noche, comenzaron violentos disturbios en un gran número de barrios y aldeas de la ciudad oriental de Jerusalén y sus alrededores. Estos disturbios incluyeron lanzamiento de cócteles molotov, piedras y fuegos artificiales, quema de botes de basura y neumáticos, además del bloqueo de carreteras", indicó la Policía.

Dos agentes resultaron heridos leve en los enfrentamientos en el barrio de Issawiya, donde también se registraron graves daños en infraestructuras y viviendas, como en Abu Tor, Bagin, Shuafat o Silwan.

El aumento de los disturbios en Jerusalén este se produce en medio de un repunte de violencia en toda Cisjordania, donde se han intensificado las redadas del Ejército israelí y los ataques de palestinos armados, dejando en lo que va de año 116 palestinos muertos -además de siete uniformados israelíes y 15 civiles-, el año más mortífero en la zona desde 2015, cuando estalló la llamada Intifada de los Cuchillos.