El liberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen se disputarán la Presidencia de Francia en la segunda vuelta, como ya sucedió hace cinco años, después de lograr los dos primeros lugares en la primera vuelta de las elecciones celebradas ayer, según las proyecciones sobre los votos contabilizados.

Macron, presidente saliente, registró entre el 28,1% y el 29% de los votos, según indicaron las proyecciones de las empresas demoscópicas, mientras que Le Pen contabilizó entre un 23,3% y un 24,2%. El candidato a la reelección mejora de ese modo los resultados logrados hace cinco años, cuando en la primera vuelta consiguió el 24% de los sufragios, pero también Le Pen ha podido conseguir mejores resultados que en la primera vuelta de las anteriores elecciones presidenciales, cuando obtuvo el 21,3%.

"Vuestra confianza me honra y me compromete No nos equivoquemos. Nada está decidido. Y el debate que tendremos en los próximos 15 días es decisivo para nuestro país y para Europa", afirmó Macron después del cierre de los colegios electorales. El candidato liberal tendió la mano a todos los electores, también a quienes no lo votaron ayer, y se dijo dispuesto a "inventar algo nuevo para unir convicciones y sensibilidades diversas" de cara a la segunda vuelta.

La proyección de los resultados de ayer marcan una ligera mejoría de Macron con respecto a los últimos sondeos, que también indican que el actual presidente volvería a imponerse en la segunda vuelta, que se celebrará el día 24, pero con una ventaja inferior a la de 2017, cuando casi dobló en votos a Le Pen.

Según las mismas proyecciones de las elecciones, la candidata de la extrema derecha supera al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que cuenta el tercer intento por conquistar el Elíseo y que logró algo más del 20 % de los votos, algo más que en 2017.

El también ultraderechista Éric Zemmour queda en cuarto lugar de la primera vuelta con un 7% de los votos.

La candidata de la derecha moderada, Valérie Pécresse, firmó el peor resultado de la historia de su partido y, mientras algunas estimaciones la sitúan por encima del 5%, que garantiza que el Estado financie su campaña, otros la dejan ligeramente por debajo.

Algo similar ocurre al ecologista Yannick Jadot, que ronda también el 5% de los votos en las primeras estimaciones. Por su parte, el ruralista Jean Lassalle ronda el 3% de los sufragios, al igual que el comunista Fabien Roussel, mientras que las estimaciones de los votos de la candidata socialista Anne Hidalgo, alcaldesa de París, apenas alcanza el 2%. Los dos candidatos trostkistas, Philippe Poutou y Nathalie Arthaud, se quedan por debajo del 1% de los votos.

Después de conocer que encabezó los resultados de la primera vuelta, el presidente francés pidió desde la Puerta de Versalles, el mismo lugar en el que celebró en 2017 su paso a la segunda vuelta, no escatimar esfuerzos y se comprometió a hacer lo mismo para renovar su mandato. Su proyecto, dijo, es "el único" que puede responder en favor del poder adquisitivo y de los trabajadores y en contra de la pobreza.

La ultraderechista Marine Le Pen, por su parte, hizo lo propio con los votantes de los partidos que no disputarán la segunda ronda y pidió el voto a todos aquellos que no han apoyado a Macron a la reelección en la primera ronda.

La abstención fue protagonista también. Los últimos colegios electorales de la Francia metropolitana cerraron a las 20:00 con una de las tasas de participación más bajas de la historia en este tipo de comicios.

Según las estimaciones de los institutos de sondeo publicados más de una hora antes de que se dejara de votar en las grandes ciudades -y en espera de la publicación de los datos oficiales definitivos-, la abstención pudo situarse entre el 24% y el 26,5%. De confirmarse estos datos, sería de dos a cuatro puntos porcentuales mayor que el 22,2% de hace cinco años, pero menos que el récord de una primera vuelta en 2002, cuando alcanzó el 28,4%.