Miles de iraquíes salieron ayer a las calles por octavo día consecutivo en diferentes ciudades del sur del país para exigir el fin de la corrupción, mejoras en los servicios básicos y oportunidades de trabajo, mientras el Gobierno ha lanzado una batería de medidas económicas para intentar calmar la situación.

En las protestas que continúan propagándose por el sur, decenas de manifestantes resultaron heridos por las cargas policiales y algunos miembros de las fuerzas de seguridad sufrieron lesiones por los "disturbios" ocasionados por aquellos que intentaron asaltar las instituciones del Gobierno.

El Gobierno lanza medidas para calmar las protestas en el sur del país

Alrededor de 600 manifestantes se concentraron alrededor de la sede de Gobernación de la provincia de Al Nayaf, en el centro de la capital homónima, para exigir al Gobierno esas mejoras, según informaron a Efe testigos en la urbe. Varios de los manifestantes intentaron irrumpir en el edificio gubernamental y apedrearon a las fuerzas de seguridad, pero estos dispersaron a las personas utilizando mangueras de agua y gases lacrimógenos. Debido a esta situación, la aerolínea Royal Jordanian decidió suspender "hasta nuevo aviso" todos sus vuelos al aeropuerto de la urbe, en la que se ha impuesto un toque de queda.

Las nuevas manifestaciones se convocaron ayer a pesar del intento del primer ministro iraquí en funciones, Haidar al Abadi, de calmar la situación, anunciando una serie de medidas económicas para mejorar los servicios básicos como el agua, la electricidad o la atención médica.

La oficina del titular anunció a última hora de ayer una partida de 3.000 millones de dólares (2.500 millones de euros) para Basora que será destinada al tratamiento del agua, a la provisión de atención médica y al mantenimiento de la red eléctrica. Asimismo, la oficina apuntó que se enviarán otras partidas, cuya cantidad no fue precisada, a otras provincias meridionales para acometer arreglos en la red eléctrica.