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Bush veta una ley que prohíbe la asfixia simulada en los interrogatorios de la CIA

  • El presidente de EEUU anunció el veto a la iniciativa, que limita los métodos de interrogatorio a las 19 técnicas establecidas en el manual del Ejército.

El presidente de EEUU, George W. Bush, vetó un proyecto de ley que prohibía a la CIA practicar la "asfixia simulada" y otros métodos coercitivos en interrogatorios a detenidos, por considerar que perjudicaría la guerra contra el terrorismo.

La iniciativa legal prohibía el uso de la "asfixia simulada", un método que la CIA ha utilizado para conseguir información de presuntos terroristas y que ha sido condenado por la comunidad internacional y grupos defensores de los derechos humanos. También eliminaba la práctica de la temperatura extrema en los interrogatorios y el mantener al detenido de pie durante un tiempo prolongado.

"El proyecto de ley eliminaría uno de los instrumentos más valiosos en la guerra contra el terrorismo: el programa de la CIA para detener e interrogar a líderes y células terroristas claves", dijo Bush al justificar su veto, el primero de 2008 y el noveno de su Presidencia, según datos facilitados por la Casa Blanca.

Según el gobernante, el programa de la CIA ha generado información delicada que ha evitado una serie de ataques terroristas y ha ayudado a los servicios de inteligencia a entender el funcionamiento de la red terrorista Al Qaeda.

La principal razón por la que los métodos de la CIA han sido eficaces es porque han permitido a los agentes de inteligencia usar técnicas específicas para un "pequeño" número de los terroristas más peligrosos bajo una "cuidadosa supervisión", dijo Bush.

La iniciativa privaría a la CIA del uso de estas técnicas "seguras y legales" y en su lugar obligaría a los agentes a recurrir a los procedimientos del manual del Ejército, que ha sido elaborado para combatientes legales detenidos en un campo de batalla, señaló.

Estas prácticas "no fueron hechas para profesionales del servicio de inteligencia formados para interrogar a curtidos terroristas", alegó el presidente en su discurso.

Bush consideró que limitar los métodos de interrogatorio al manual sería "peligroso", porque es público y fácilmente accesible a través de Internet.

Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, EEUU se dio cuenta de que los miembros de Al Qaeda habían sido entrenados para resistir los interrogatorios fijados en el manual y por eso el Gobierno ha creado "procedimientos alternativos" para extraer información a los supuestos terroristas.

"La mejor fuente de información sobre ataques terroristas son los propios terroristas", aseguró Bush, quien insistió en que la medida haría perder a EEUU información "vital" de líderes de Al Qaeda y eso supondría "perder vidas" estadounidenses. Para el presidente, el hecho de que EEUU no haya sido atacado en los últimos seis años y medio, "no es casual".

Bush insistió en que se mantiene el peligro de futuros atentados, por lo que "tenemos que asegurar que los agentes de inteligencia disponen de todas las herramientas necesarias para parar a los terroristas".

La reacción al veto fue inmediata. El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, afirmó que Bush "una vez más ha comprometido el liderazgo moral de nuestra nación" y "ha hecho caso omiso a expertos en materia militar y relaciones exteriores que coinciden en que la tortura es contraproducente".

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, señaló que el veto "socava la autoridad moral" de EEUU y la calidad de las tareas de inteligencia.

La organización Human Rights Watch aseguró, por su parte, que Bush "hará historia como el presidente de la tortura" y para Amnistía Internacional el veto evidencia la retórica "vacía" del presidente cuando afirma que EEUU no tortura, pero a la vez prohíbe una ley antitortura".

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