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Austria pone trabas al acuerdo migratorio alcanzado en Alemania

  • Kurz avisa de más controles en la frontera si la líder germana activa los centros de tránsito

El ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, y la canciller alemana, Angela Merkel, revisan ayer sus móviles en el Parlamento alemán.

El ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, y la canciller alemana, Angela Merkel, revisan ayer sus móviles en el Parlamento alemán. / HAYOUNG JEON / efe

Horas después de anunciar un pacto migratorio conjurando una crisis dentro de su propio partido que amenazaba con derribar el Gobierno alemán, la canciller Angela Merkel se enfrenta a ahora los reparos de su otro aliado de coalición y de Austria, directamente implicada en el acuerdo. Su socio menor, el Partido Socialdemócrata (SPD), ha puesto reparos al acuerdo que a última hora del pasado lunes la dirigente alcanzó con su socio incómodo y ministro del Interior, Horst Seehofer, para crear centros de tránsito cerrados para migrantes en la frontera entre Alemania y Austria.

"No queremos familias de refugiados detrás de rejas vigiladas", se apresuró a publicar en Twitter Ralf Stegner, barón socialdemócrata de la región norteña de Schleswig-Holstein. La misma opinión manifestaron también el secretario general del SPD, Lars Klingbeil, y la vicepresidenta del partido, Malu Dreyer, quienes se mostraron críticos con estos edificios en los que está previsto que los peticionarios de asilo permanezcan retenidos mientras se decide su futuro o se cursa su expulsión de Alemania a otro país de la Unión Europea (UE) donde se registraron con anterioridad.

La canciller también debe convencer a los socialdemócratas tras persuadir a los bávaros

Otras voces socialdemócratas apuntan además que el acuerdo sellado entre los dos partidos que integran el bloque conservador, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y su rama bávara CSU, es demasiado vago todavía como para poder posicionarse con rotundidad.

A la espera de que el SPD defina con claridad su postura, lo que a estas alturas parece más que claro es que el cosido que logró hilvanar a contrarreloj la brecha abierta en las filas conservadoras provocó un nuevo roto en la coalición de Gobierno.

Desde los partidos de la oposición recordaron a lo largo del día que los socialdemócratas ya rechazaron la puesta en funcionamiento de este tipo de centros en 2015, momento en el que en plena crisis migratoria Alemania recibió a cerca de un millón de refugiados. Dreyer recalcó que desde entonces la postura de su formación no ha cambiado. "De ninguna manera eso es factible con el SPD", insistió.

Tras una serie de reuniones maratonianas, Merkel y Seehofer lograron a última hora del lunes salvar sus diferencias en el enfrentamiento que mantenían por la política migratoria tras acordar la creación de esos "centros de tránsito" en las fronteras entre Alemania y Austria.

El pacto, vendido como una especie de panacea, crea sin embargo una gran incomodidad en Austria. El Gobierno austriaco expresó ayer sus dudas y aseguró que no lo aceptará si le perjudica.

"No sabemos exactamente qué es lo que planea Alemania", dijo el canciller austriaco, el conservador Sebastian Kurz, en una rueda de prensa en Viena. "Pero ya puedo decir que definitivamente no estamos dispuestos a alcanzar ningún acuerdo que perjudique a Austria". La simpatía de base por el nuevo curso migratorio alemán tiene sus límites, añadió. "Estudiamos cualquier medida para proteger a nuestra población. Para ello, estamos también dispuestos a tomar medidas en las fronteras del sur del país", agregó Kurz en referencia a las fronteras con Italia y Eslovenia.

Si Alemania implementa controles fronterizos más duros en la frontera, Austria hará lo mismo, advirtió Kurz. Las aglomeraciones de tráfico que surgirían allí supondrían presión política para obligar a reforzar aún más fronteras externas de la Unión Europea, añadió.

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