Cambio de seleccionador de España

En busca del sustituto de Hierro

  • Quique Sánchez Flores, Míchel y Luis Enrique encabezan las quinielas para ocupar el puesto de seleccionador.

Quique Sánchez Flores, Luis Enrique y Míchel.

Quique Sánchez Flores, Luis Enrique y Míchel.

Acabado el camino de España en el Mundial con un fracaso estrepitoso y con la sensación de oportunidad perdida por errores propios a todos los niveles, no hay nada más urgente ahora para la Federación de Fútbol (RFEF) que encontrar un nuevo seleccionador. O, más concretamente, "otro Lopetegui", aunque con un mayor grado de fidelidad.

España abandonó el lunes Rusia con caras que llegaban hasta el suelo. También la de Luis Rubiales, el nuevo presidente de la RFEF, quien tiene que leer cada vez más críticas hacia él sobre su responsabilidad en lo ocurrido en el Mundial. Y más concretamente sobre el despido del seleccionador a dos días del debut.

Pero Rubiales insiste una y otra vez: "Hay que mirar al futuro". Quiere olvidar, y que los demás olviden, cuanto antes. Y lo inmediato es elegir seleccionador. Le conviene presentar lo más pronto posible la figura de un entrenador y comenzar a hablar de las cosas clásicas: nueva etapa, nuevos retos y nuevas ilusiones.

En realidad, necesita "otro Lopetegui", un técnico que haga lo que hizo aquel: recuperar la autoestima en un tiempo récord, reactivar el espíritu ganador, mostrar métodos modernos, lograr la implicación de los futbolistas y completar una revolución pendiente que incluya decisiones con jugadores veteranos y útil integración de los más jóvenes.

Eso sí, Rubiales deberá hacer acopio de pruebas para encontrar la fidelidad que no obtuvo de Lopetegui, quien negoció a espaldas de la federación su fichaje por el Real Madrid antes de comenzar el Mundial.

Sería una sorpresa que el nombre del nuevo seleccionador estuviera fuera de la terna compuesta por Quique Sánchez Flores, Míchel y Luis Enrique. Todos cumplen con tres requisitos previos: pertenecen a una generación contemporánea, no tienen contrato en vigor y son españoles.

El favorito de la prensa es Flores, pero Rubiales deberá meditar varios aspectos en contra. Por ejemplo, que entrenó a nueve equipos diferentes en sus 14 años de carrera como entrenador. No es el mejor ejemplo de fidelidad, si bien un cargo como el de seleccionador es diferente. Hace falta que a Flores también le apetezca renunciar al trabajo del día a día para ponerse al servicio de un equipo nacional que no compite con regularidad.

Por su parte, Míchel es permanente opción para todos los equipos y clubes del mundo. Siempre suena su nombre cuando hay un banquillo libre. Y ahora es el de la selección. Es su contra juega que no consiguió ganar nada relevante durante su etapa como técnico.

La tercera opción que tiene Rubiales es la de Luis Enrique, pero también es la más improbable. Primero, porque debería rebajarse a más de la mitad su caché. Segundo, porque de desconoce si todavía quiere sentir la adrenalina de entrenar cada día. Y tercero, porque su relación con la prensa es peor que mala. Y son tiempos en los que la pacificación es necesaria.

Por otra parte, la opción de Fernando Hierro, el seleccionador que sustituyó interinamente a Lopetegui en el Mundial, ni se contempla por mucho que el andaluz ansíe seguir. Se le agradecen los servicios prestados y por eso se le ofrecerá volver a su puesto de enlace entre futbolistas y directivos, algo a lo que Hierro probablemente renuncie.

La idea de Rubiales es avanzar en los próximos días con conversaciones con todos sus candidatos a seleccionador hasta ver quién le convence más. Por personalidad, proyecto, idea futbolística y grado de compromiso. También estará el precio que quiera pagar.

En la cabeza del presidente de la RFEF está celebrar una junta directiva el 23 de julio y presentar allí el nombre de su nuevo seleccionador. Si es que no lo filtra antes.

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