El Slavia es el séptimo coche desarrollado por los alumnos del centro de formación profesional de Skoda en Mladá Boleslav. Ellos han sido los que lo han llevado desde el primer boceto a la construcción, recorriendo todos los pasos del proceso con el apoyo de sus formadores y los distintos departamentos de Skoda.

El resultado es este spider transformado desde un Scala 1.5 TSI de 150 CV con la caja DSG7 y que, también toma del modelo de serie, ambos ejes, la dirección, toda la electrónica, los sistemas de asistencia, el Virtual Cockpit o el sistema de infoentretenimiento. Su carrocería mide 4,36 m de largo, 1,79 de ancho y 1,41 de alto.

Con el Skoda Slavia han pretendido evocar a un prototipo de 1957: el 1100 OHC. Este prototipo era un deportivo biplaza diseñado para correr en rallies de resistencia, con carrocería de fibra de vidrio y sólo 550 kg. Tenía un motor 1.1 de 92 CV y podía alcanzar hasta 200 km/h.

Es un prototipo funcional, con motor y cambio de producción: un 1.5 TSI de 150 CV con caja de doble embrague.

Para la transformación de Scala hasta Slavia se reforzaron los bajos, eliminaron el techo, soldaron las puertas traseras… También llevaron a cabo unas jorobas para dirigir el flujo de aire o desarrollaron una tapa de maletero con alerón integrado. Para las llantas, sin embargo, utilizaron unas conocidas: las de los Skoda Kodiaq RS de 20”, del mismo modo que el equipo de frenos utilizado vino del Octavia RS.

La carrocería se pintó con el color Azul White Crystal, tres capas que la daban un aspecto nacarado azulado, reforzado por los efectos de azul neón a lo largo de las líneas de la carrocería, parrilla o logo del capó. Leds importados del Skoda Scala Monte Carlo debajo de los umbrales y tras las llantas de aleación aportaban la iluminación ambiental exterior.

Dos leones rampantes enmarcan los altavoces del equipo de sonido en el tabique de separación con el maletero, donde se sitúan dos patinetes eléctricos.

En el interior, asientos con cinturones de cuatro puntos de anclaje hechos por Sparco y tapizados con cuero negro perforado, predominantemente, con costuras blancas que también están presentes en el apoyabrazos, cambio, freno de mano o tapas posteriores. Incluso en el volante. En cuanto al nombre, no es casual: Slavia fue la marca de bicicletas de los fundadores de Skoda, Laurin y Klement, con la que empezaron a trabajar en 1896 en Mladá Boleslav, el que hoy es el corazón de Skoda.

El Scala es también donante del salpicadero, aunque en él se han incluido detalles únicos como el volante, cambio, etc.

En la lista de los coches desarrollados por la escuela de formación profesional figuran prototipos como el Citijet, el Funstar basado en el Skoda Fabia de producción; el Atero o un coupé desarrollado a partir del Rapid Spacebak. En 2017 el Skoda Citigo fue la base del Element, totalmente eléctrico y en 2018 el SKoda Karoq lo fue del Sunroq. Hasta la llegada del Slavia, el último prototipo conocido de la escuela era un Skoda Mountiaq hecho a partir del Kodiaq.