El Kia Picanto es un coche de 3,60 m de largo, con vocación fundamentalmente urbana. Va por su tercera generación y, a mitad de su vida comercial -fue lanzado en 2017- recibe una actualización que, sobre todo, afecta a su aspecto.
Cambian, así, tanto frontal como trasera, en el caso de las versiones GT-Line y X-Line. Ambas versiones reciben una nueva parrilla más grande que, en el caso de la primera, tiene resaltes en rojo y en el segundo, en negro. Además, se han rediseñado los faros, que cuentan con luces diurnas con cuatro LED. También en ambos niveles de equipamiento se estrenan nuevos paragolpes y, mientras que en el GT-Line se opta por una entrada de aire de mayor tamaño en la zona inferior, en el X-Line se utilizan elementos en gris que recuerdan las placas protectoras de un SUV. De hecho, en este nivel también se incorporan contornos perimetrales en negro, para darle un aspecto más robusto, en tanto que las pretensiones de Kia con ese nuevo nivel de equipamiento es contar con una versión de aspecto crossover.
Esto se potencia, adicionalmente, con unos muelles más largos que en el resto de versiones. Son 15 mm más largos y, consecuentemente, eso es lo que se eleva la carrocería respecto al suelo. Además, los X-Line tienen llantas de aleación de 16” frente a las de 15” de los GT-Line. En los Kia Picanto Concept, que mantienen el aspecto del modelo lanzado tres años atrás, esas llantas son de acero y de 14”. Otros cambios incorporados en los nuevos acabados afectan a los pilotos traseros.
En el interior, la mayor modificación está en la pantalla de 8” para el sistema de infoentretenimiento y navegador -antes era de 7”- y la incorporación de otra de 4,2” para el ordenador de viaje. Según el nivel de equipamiento variará la tapicería, con detalles en tonalidad roja para los GT-Line o gris para los X-Line.
Motores desde 67 CV, siempre de gasolina
1.0, de tres cilindros; y 1.2, de cuatro; ambos de inyección indirecta y con 67 y 84 CV, respectivamente, han sido sustituidos por sendos motores de inyección directa y la misma potencia; mientras que no varía el 1.0 T-GDI de 100 CV, el único sobrealimentado con turbo de los tres. La inyección de la gasolina sigue realizándose en la cámara de combustión, si bien ahora incorpora una distribución variable. Todos son de la familia Smartstream.
En esta generación no parece estará prevista electrificación alguna, aunque sí es posible que llegue a la siguiente, la cuarta, si bien Kia no determina qué grado se podría alcanzar: microhibridación, hibridación autorrecargable o enchufable. Lo que sí parece descartado es que haya una versión eléctrica en tanto que no son fácilmente rentables.
Por otro lado, los dos motores atmosféricos, desde 12.550 y 14.850 euros, contarán con una caja de cambios manual de cinco velocidades. También dispondrán como alternativa de un cambio con embrague robotizado -sin pedal, pero con palanca para la selección manual de las marchas- que costará 900 euros, exclusivamente si se elige el nivel GT-Line.
Este acabado podrá disponer del motor 1.0 T-GDI por 16.250 euros, en tanto que con el X-Line la combinación costará 300 euros adicionales: 16.550 euros. Este motor de 100 CV siempre se liga a una caja manual de cinco marchas.
Sin apenas opciones
En todos los casos, salvo en el acabado básico Concept, la única opción disponible es el Navegador UVO Connect con cámara de aparcamiento, con esa pantalla de 8”-, y conectividad Android Auto y Apple CarPlay, que costará 1.200 euros. Permitirá la conexión de dos teléfonos, uno para Bluetooth y multimedia, otro sólo para esta última función.
En los Concept el paquete opcional es el Confort. Por 700 euros incluye las llantas de aleación de 14”, el freno automático con capacidad de detección de peatones, ciclistas y vehículos -una ayuda a la conducción de serie en el resto de Picanto- y la instrumentación Supervisión con la pantalla de 4,2”. De serie incorpora seis airbags, control de presión de ruedas, retrovisores exteriores eléctricos y calefactables, aire acondicionado, sensor de luces, elevalunas eléctricos delanteros y traseros o control de velocidad de crucero.
Los GT-Line suman pedales deportivos, faros antiniebla, volante y pomo del cambio de piel, climatizador automático o las ya mencionadas llantas de 15” que son reemplazadas en el X-Line por las de 16” a la vez que también se añaden al equipamiento los sensores de aparcamiento posteriores junto a los elementos que proponen el cambio de aspecto.
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