Motociclismo

Pedrosa rompe el silencio del Samurái

  • La Leyenda de MotoGP protagoniza un emotivo documental de su carrera deportiva

  • "Seré recordado por mis valores" afirma el tricampeón, que ya tiene curva en Jerez

Pedrosa, en una imagen promocional del documental ‘El silencio del samurái’.

Pedrosa, en una imagen promocional del documental ‘El silencio del samurái’. / Red Bull

Los míticos guerreros japoneses no solían dar explicaciones con palabras, preferían hacerlo con su espada. Pese a ser fiel a esa ancestral cultura nipona, Dani Pedrosa acaba de romper 'El silencio del samurái' a través del formidable y emotivo documental que lleva ese mismo título, con el que describe de forma impecable su trayectoria deportiva e interioridades que jamás había desvelado este tricampeón mundial y Leyenda de MotoGP recién retirado, al que acaba de concedérsele la curva número 6 del Circuito de Jerez.

Tras 18 intensos años en la competición, el genial piloto español nacido en 1985 en Castellar del Vallés inicia una etapa muy distinta en su carrera profesional, que no incluirá más grandes premios que los 295 que ya disputó desde 2001 hasta 2018, con un total de 54 victorias, 153 podios y 49 poles. Para ponerse en marcha en esta nueva singladura, nada mejor que abriéndose en canal con la magistral producción audiovisual que se emite estos días en Movistar televisión, contando con la participación de figuras como Márquez y Lorenzo, entre otros. En este interesante documental, creado por su patrocinador personal Red Bull, Pedrosa habla tan alto y claro como nunca antes lo hizo. Sus palabras son sentencias filosóficas de gran calado: "En los momentos más delicados, suelo recurrir a mi interior, es el que siempre me ha guiado más. Cuando me centro en el silencio, me vienen las respuestas", comienza afirmando el carismático motociclista catalán que no deja nada en el tintero al hacer balance de su exitosa y dura trayectoria deportiva: "Al final, toda mi vida ha sido siempre una situación de demostrarme a mí mismo que podía hacer cosas que ni yo mismo creía que podía hacer".

Remontándose a la infancia, Dani Pedrosa afirma en 'El silencio del Samurái' que "la pasión me viene de mi padre, desde que soy bebé estoy montado en la moto. Lloraba cuando me bajaban de la moto, mis juguetes eran motos, todo giraba en torno a eso solamente. Fui campeón de España de minimotos con 12 años, pero económicamente no podíamos asumirlo. No me lo tomé muy mal, la verdad. Entendí la situación, no sé por qué. En ningún momento me planteé que iba a ser piloto de motos de carreras".

Razones no le faltaban, pues sin poder poner los pies en el suelo para subirse a una moto de competición, Dani no esperaba que le seleccionaran para disputar la Movistar Junior Cup (1999) y de ahí pasar al Mundial de 125cc (2001): "Era muy pequeño y no imaginaba que con aquello lleno de pilotos, me escogieran a mí. Así que desde entonces hasta aquí, ha sido increíble. Cuando gané mi primer título mundial fue el mejor momento. Hacer un podio era como imposible, pero dentro de lo imposible, posible. O ganar el Mundial... imposible. Pero cuando pasa, rompes eso… 'clac'", y añade: "Ganar es una droga que engancha y te permite no perder. Es difícil explicarlo, pero cuando ganas mucho te permite no perder. Cuando no ganas te haces preguntas: no gano por esto, no consigo lo otro por aquello. Estás analizándolo todo mucho, por qué no, por qué no. En cambio cuando ganas sólo sientes".

Tras lograr título mundial de 125 cc, Pedrosa tuvo la primera lesión grave de las 59 que ha sufrido, al romperse los dos tobillos. Dani tiene una visión clara de su fragilidad: "Una lesión, dos, tres, cuatro lesiones, dependiendo del tiempo en el que te pasan, no afectan mucho. Pero muchas, seguidas y juntas, sí. Las lesiones en momentos clave quedan como cicatrices más profundas, que son difíciles de borrar. Son momentos que te marcan mucho, pueden cambiar tu carácter, tu perspectiva, tu enfoque para un futuro. Exactamente no sé cuántos puntos tengo, pero estoy seguro de que paso de los doscientos".

Su padre, Antonio Pedrosa, reconoce que "cada vez que le he visto sufrir, me he arrepentido y me echaba la culpa a mí mismo de ese accidente, por haberlo puesto aquí. Cuando lo veía que iba superándolo y que quería subirse otra vez a la moto, se me pasaba, pero sí que me he sentido culpable".

Juan Martínez, fisioterapeuta del piloto catalán, lo describe de forma magistral: "El problema de Dani es la mala suerte de las caídas, porque además como tiene una estructura ósea tan finita, un esqueleto de niño, cada vez que se cae, se rompe. Es como un cristal".

Su madre, Basi Ramal, recuerda también aquella primera lesión: "Cuando hacía sus ejercicios, un día me dijo: 'mamá, ¿tú crees que voy a volver a ser el mismo que antes?' Y yo le dije: 'No, no vas a ser el mismo, vas a ser mucho mejor".

Y así lo demostró con su paso al 'cuarto de litro', donde logró dos títulos mundiales consecutivos, dando después el salto a la máxima cilindrada en 2005, donde ha logrado tres subcampeonatos e idéntico número de terceros, además de cuatro cuartos puestos.

Dani Pedrosa. Dani Pedrosa.

Dani Pedrosa. / Red Bull

Pedrosa explica que "en MotoGP tenía mis dudas, porque esa moto era gigante para mí, mucha potencia. Yo estaba hecho para quedarme en categorías más pequeñas, no para ir a MotoGP. Ese fue un reto realmente fuerte. Cualquier cosa que hubiese hecho en MotoGP estaría para mí más que bien" y añade sobre el único título que se le ha resistido: "Ha faltado sólo un poco de suerte. En cualquier caso, he tenido mucho éxito con las motos. Es fácil basar el éxito en el resultado, pero creo que es un concepto equivocado. Sobre todo lo que a mí más me llena es cómo recordaré a todos esos aficionados, a todas esas personas que me han animado y apoyado durante todos mis momentos, buenos y malos, que han hecho que muchas veces no tirara la toalla tan pronto. Lo bonito de mis fans es que siempre han llorado, ya sea de alegría o de tristeza, pena o desilusión por cosas que suceden en momentos desafortunados. Ahí es donde te das cuenta que la gente lo siente".

En 'El silencio del samurái' destacan las opiniones de campeones como el que fuera su compañero, Marc Márquez: "Dani es el más sensible encima de una moto, nota cosas que yo no las noto". Para Jorge Lorenzo: "Lo más destacado de Pedrosa es su facilidad para levantar la moto", mientras que Carmelo Ezpeleta, jefe del Mundial de MotoGP, define a Dani como "un piloto súper fino, que sabe encontrar lo mejor en cada momento para sacar partido a unas motos que están hechas contra él".

Por su parte Kevin Schwantz considera que "lo que le falta a Pedrosa de altura, lo compensa con el corazón" y su descubridor Alberto Puig le lanza un mensaje: "El día que pase todo esto y de aquí a unos años, cuando esté sentado en su casa y pueda mirar para atrás y vea todo lo que ha conseguido, lo que le deseo es que realmente se sienta liberado y se diga a sí mismo vaya tela lo que hice".

El hilo conductor o idea original de este documental se basa en que Pedrosa pide una moto hecha a mano a Estados Unidos (Deus Ex Machina) y motorizada por Honda, con la que pretende disfrutar su nueva vida fuera de la competición. Cuando Dani finalmente recibe esa motocicleta única en el mundo, el samurái que lleva dentro sale a relucir en forma de palabras que rompen el silencio: "Seré recordado por mis valores, por mi actitud, por lo que representé, por cómo lo hice. Eso es lo que creo que una persona deja, más que las victorias, o las derrotas, o más que los números. El éxito está dentro de uno. Si tú te sientes realizado con lo que quieres hacer, eso es tener éxito"...

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez

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