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Márquez medita cómo ganar más

  • El pentacampeón debe escoger en Jerez un motor con el que seguir reinando en 2019

  • Marc, que se opera el hombro el 4 de diciembre, sabe que Ducati y Yamaha irán a más

Marc Márquez, durante la primera jornada de entrenamientos en el Circuito de Jerez.

Marc Márquez, durante la primera jornada de entrenamientos en el Circuito de Jerez. / Miguel Ángel González (Jerez)

La ambición es sana. Tan respetable resulta quien se conforma con poco como el que aspira a la cima más alta. Hay quienes son uno más y está Marc Márquez, que ejemplifica al pie de la letra el principio filosófico acuñado por Ayrton Senna de que el segundo es el primero de los perdedores; su aspiración permanente es llevar la voz cantante, liderar de principio a fin sin ceder protagonismo. Para no perder esa sana costumbre, el pentacampeón de MotoGP medita estos días cómo ganar más de lo que ya ha conseguido, debiendo decidir en Jerez el motor que usará en el Mundial de 2019 para seguir reinando, que es lo suyo.

Con una larga, exitosa e intensa temporada ya a cuestas, Márquez tiene que hacer un último esfuerzo, olvidando que su maltrecho hombro izquierdo le obligará a pasar por el quirófano el próximo 4 de diciembre. Pese a los mil y un avatares que el piloto de Cervera ha vivido en los 19 grandes premios de 2018 (ganó 9 de ellos), Honda exige al siete veces campeón mundial que escoja el motor que ve más adecuado para la nueva temporada de grandes premios. No es una decisión sencilla y, para ello, además de los test que realizó la semana pasada en Valencia, seguirá dando vueltas sin cesar hasta hoy en el Circuito de Jerez - Ángel Nieto y, cuando acabe el día, transmitirá su decisión a los ingenieros japoneses. De ella depende mantener las tres coronas que han logrado este año, de pilotos, constructores y equipos de MotoGP. Ahí es nada, el listón está muy alto, pero a ambición, de momento, nadie les gana.

En honor a la verdad, Márquez debe emplearse a fondo para acertar con el motor que elija, lo que le permitiría seguir manteniendo a raya a sus rivales de Ducati, Yamaha y Suzuki, sin olvidar a su nuevo compañero de equipo en Honda, Jorge Lorenzo, que de momento deberá hacer la travesía del desierto para adaptarse a una moto muy distinta a las Desmosedici italianas que ha pilotado en los dos últimos años.

Marc considera que "en un motor nuevo lo que se busca normalmente es más potencia, para luego combinarla con el tacto de gas, que se pueda conducir bien. Buscar ese compromiso a veces cuesta y de entrada no lo tienes, pero estamos trabajando en ello. La fábrica tiene sus tiempos, pero de momento, el nuevo motor corre un pelín más y están buscando algo más. Por lo que estamos viendo, hay una tendencia que debemos rectificar un poco. Cuando son prototipos pasan estas cosas. Después se tiene que trabajar en la durabilidad, el consumo y todo en general".

Marc Márquez, ayer en el Circuito de Jerez. Marc Márquez, ayer en el Circuito de Jerez.

Marc Márquez, ayer en el Circuito de Jerez. / Miguel Ángel González

Uno de los aspectos que generan más controversias es si Honda debería optar por una moto menos crítica que la actual, que exige a Márquez un pilotaje siempre muy agresivo, ostentando con 23 percances el récord de caídas de MotoGP en 2018. De todos modos, si hay algo que el fabricante japonés no hará nunca es renunciar a su filosofía de motores potentes, trasladando la exigencia de adaptación a sus pilotos, algo que con Marc salta a la vista que lo consiguen. Desde tiempo inmemorial, Honda construye sus motos de competición a partir del motor y nadie duda que la nueva Honda RC213V seguirá teniendo caballos desbocados. Para controlarlos, Márquez deberá seguir aplicando su genialidad, que muchas veces le obliga a utilizar incluso los codos para evitar irse al suelo. En este sentido, el piloto español reconoce que "forzamos mucho la goma delantera. Estamos trabajando para forzarla menos y que haya menos caídas con el tren delantero. La consecuencia de eso es que se puedan usar gomas con compuesto más blando, no tan duro como el que habitualmente nos vemos obligados a usar".

El campeón del mundo, trazando una curva con la Honda. El campeón del mundo, trazando una curva con la Honda.

El campeón del mundo, trazando una curva con la Honda. / Miguel Ángel González

Uno de los debates más habituales que se suscitan en el Mundial de MotoGP es el de quién es el mejor piloto, algo que hasta hace seis años solía depender de aquél que tuviese la moto más competitiva. Pero desde la irrupción de Márquez en la escena, no hay polémicas que valgan, pues todo el mundo asume que Marc gana por sí mismo, la moto es una gran herramienta que le viene como anillo al dedo, pero él marca la diferencia. No hay que olvidar que, salvo en 2015, ha ganado cinco títulos en las seis temporadas que lleva en la máxima cilindrada del Mundial de Motociclismo.

En ausencia de Dani Pedrosa, que acaba de retirarse, se plantea la duda de qué camino escogerá su sustituto, Jorge Lorenzo, en la evolución de esta montura. Hay quienes opinan que el fabricante japonés podría optar por una moto con planteamiento menos agresivo, de concepto universal, la misma que ya evolucionó el tricampeón de MotoGP durante años en Yamaha, o como la que acaba de dejar también en Ducati. Es decir, una moto para pilotos con diferentes estilos, con distinto temperamento. El tiempo dirá si es capaz de estar a la altura de Marc Márquez, que no parece obsesionarse con lo que hagan lo demás. Él sólo piensa en cómo ganar más, pues para eso es la ambición personificada

Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.

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