Gran Premio de San Marino

Marc Márquez da un golpe al Mundial

  • Márquez ganó en el circuito de Misano Adriático dejando hacer a Quartaro para adelantarlo en la última vuelta

  • Augusto Fernández se impuso con parecida estrategia en Moto2

Marc Márquez celebra con sus mecánicos e ingenieros el triunfo en el Gran Premio de San Marino.

Marc Márquez celebra con sus mecánicos e ingenieros el triunfo en el Gran Premio de San Marino. / alessio marini / efe

Marc Márquez (Repsol Honda) consiguió una victoria en el Gran Premio de San Marino de MotoGP que se podría considerar de campeonato al sumar unos puntos importantísimos mientras su rival más directo, el italiano Andrea Dovizioso, sucumbió a los problemas de puesta a punto en su Ducati Desmosedici.

En clave de campeonato, la victoria de Márquez supone un paso casi decisivo camino de su sexto título mundial de MotoGP y el octavo en su carrera deportiva, pero para ello el ilerdense tuvo que plantar cara a los pilotos de Yamaha, los huesos más duros de roer en el circuito Marco Simoncelli de Misano Adriático.

Desde el mismo momento de la salida ellos fueron los protagonistas, primero Maverick Viñales, autor de la pole y también de la mejor salida; después, Fabio Quartararo, que intentó marcar su propio ritmo para encaminarse hacia su primera victoria en la máxima categoría, pero por detrás de él se quedó expectante un Marc Márquez que, cuando el francés adelantó a Viñales hizo lo propio y también respondió al primer cambio de ritmo de éste.

La carrera se había quedado exclusivamente con dos protagonistas: Quartararo y Márquez. El español dejó claro que había aprendido la lección de Austria con Dovizioso y Gran Bretaña con Álex Rins, cuando ambos le endosaron sendas y dolorosas derrotas. Esta vez el español dejó hacer a su rival, literalmente, hasta la última vuelta, en la que atacó con convicción rival para conseguir la séptima victoria de la temporada.

Tras él, todos los pilotos de Yamaha: Quartararo, Viñales, Valentino Rossi y Franco Morbidelli, un discreto Dovizioso en la sexta plaza, en un fin de semana aciago para todos los pilotos de Ducati y al cincuenta por ciento también para los de Suzuki. El fabricante de Hamamatsu llegó crecido a Misano Adriático tras la victoria de Rins en Silverstone, pero éste se fue al suelo antes de tiempo y dejó toda la responsabilidad en manos de Joan Mir, que acabó octavo en su reaparición tras la lesión que sufrió en los test de Brno (República Checa).

La nota negativa, nuevamente, fue para Jorge Lorenzo (Repsol Honda) quien no da muestra de mejoría sobre su nueva moto y, a pesar de ser decimocuarto, concluyó a más de 47 segundos del vencedor, una diferencia demasiado alta para un quíntuple campeón del mundo que por ahora no se cansa de asegurar que acabará adaptándose.

También en Moto2 la clave estuvo en la última vuelta y también con estrategia victoriosa para el piloto que iba por detrás. Augusto Fernández (Kalex) descargó en el italiano Fabio di Giannantonio (Speed Up) toda la responsabilidad de marcar el ritmo de la carrera, para adelantarlo en un controvertido final. El español excedió en dos ocasiones los límites de la pista, aunque el reglamento indica que no es hasta la tercera ocasión que se penaliza con una vuelta larga (long lap), aunque se vio beneficiado por ello al afrontar en mejores condiciones la siguiente curva y, además, en su adelantamiento, con toque incluido, del que a posteriori no se quejó el piloto transalpino, que lo consideró "un lance de carrera", dejó mal sabor de boca a más de uno, y quizás por ello Dirección de Carrera llamó a los pilotos a "su despacho" al final del gran premio.

No dejó lugar para la duda el japonés Tatsuki Suzuki (Honda) en Moto3, que marcó el mejor tiempo de los entrenamientos, salió el más rápido en carrera pero cuando vio que la situación se complicaba dejó hacer a sus rivales para desgastarlos y al final de la carrera atacó con la convicción suficiente para asegurarse su primera victoria en el campeonato del mundo de motociclismo.

La mala suerte quiso que Arón Canet (KTM), segundo en el Mundial, no pudiese ni intentar recortar distancias en la tabla de puntos con el líder, el italiano Lorenzo dalla Porta, aunque como mal menor éste no pudo pasar de la octava posición. Canet estaba con el grupo de cabeza cuando los caprichos de la tecnología le comenzaron a amargar la jornada con problemas electrónicos en su moto que lo abocaron a la retirada.

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