Álvaro Sanjuán. Compositor, banjista y bajista

"Nunca decidimos cómo vamos a hacer un disco. Un proceso natural nos lleva a él"

  • El de Hola A Todo El Mundo apunta como uno de los conciertos más destacados del festival portuense en el que la banda madrileña presentará un nuevo trabajo que lleva por título 'Ultraviolet Catastrophe'

El universo de etiquetas que suele amparar y justificar el trabajo de un buen puñado de bandas independientes se queda en nada cuando trata de apropiarse de la música de Hola A Todo El Mundo. ¿Folk? ¿Pop? ¿Electrónica? ¿Revival hippy?

La banda nació como sexteto en Madrid hace ya seis años. Uno después sacaron su primera maqueta, y en 2008 ya habían sido invitados a un sinfín de festivales esenciales en nuestro país.

Tras su primer y homónimo trabajo en 2010 son elegidos Mejor Grupo Folk por Mondosonoro, y un año después lanzan un nuevo y exitoso EP titulado Estela Castiza, que inaugura el imaginario de la banda empleando letras en español.

Recién publicado su nuevo trabajo, Ultraviolet Catastrophe, Hola A Todo El Mundo vuelve al Monkey Week para demostrar por qué generan tanta fascinación entre crítica y público.

-Tengo entendido que el nombre de Hola a todo el mundo lo han tomado de un poema de Walt Whitman. ¿Supone, como casi todo en Whitman, una declaración de intenciones, una forma de posicionarse ante la música y el público?

-Pues sí. Yo creo que es un poco un mensaje inicial de bienvenida. Sólo con el nombre ya estás dejando clara tu apertura ante el mundo. Defines un poco lo que estás haciendo e invitas a que te escuchen y a que vayan a verte a los conciertos. Y sí, el mensaje que tienen la poesía y la obra de Walt Whitman y la de los escritores vitalistas de esa época abriendo el mundo e invitando a que disfrutemos de las pequeñas cosas creo que lo hacemos un poco nuestro.

-'Ultraviolet Catastrophe' se inspira asimismo en un poema de Roy Tiger Milton. Parece que son ustedes muy buenos lectores.

-Sí, creemos que hay que disfrutar de todo tipo de arte y la literatura es algo que a nosotros nos llena mucho.

-¿De qué habla 'Ultraviolet Catastrophe'? ¿Qué concepto hay tras él?

-Pues está basado en un poema de este poeta tan poco conocido, muy enterrado. Casi no hay nada sobre él en ningún lado. Y decidimos articular el disco en torno a un poema que tiene diez partes. Con cada una de ellas hemos hecho una canción. Nosotros pretendíamos hacer un disco más triste o melancólico que los anteriores y vimos que las letras de este individuo que hemos tomado como referente traducían un poco lo que nosotros buscábamos. Así que son letras melancólicas y un poco oscuras a veces que suponen la antítesis de lo que hacemos musicalmente en las canciones. Hemos hecho algo más bailable a partir de unas letras que expresan lo contrario. Es un contraste entre las palabras y el autor de ellas, que es un poeta maldito, y una música que te incita a moverte.

-En este segundo trabajo largo se acercan más a la electrónica. ¿Ha sido una evolución natural o algo intencionado?

-Ha sido un poco natural, porque nosotros siempre intentamos hacer música utilizando unos referentes y después de hacer el EP de Estela Castiza empezamos a escuchar una música que utilizaba más estos elementos. Siempre lo habíamos tenido en mente, lo de utilizar sintetizadores, por ejemplo, y en esta ocasión nos hemos lanzado a la piscina un poco a ver qué salía. Así que es el fruto de todo ese proceso de cambio de apetencias… Nunca decidimos cómo vamos a hacer un disco. Un proceso natural nos lleva a él.

-¿Y están satisfechos con el resultado que han obtenido?

-Sí, estamos muy satisfechos. El objetivo principal de todo esto es que nos guste lo que hacemos, y el resultado era el que esperábamos. No nos hemos planteado si iba a ser difícil de digerir por la gente que nos escucha. Ha sido un poco la libertad que nos queríamos tomar de hacer musicalmente lo que nos apetecía.

-Son cuatro músicos que manejan diversos instrumentos. ¿Cómo se las arreglan para componer o para ponerse de acuerdo?

-Sí, lo de tocar diversos instrumentos e incluso cambiarlos sobre el escenario es parte de esa evolución de la que hablaba antes. Buscar cosas nuevas es parte de un reto y también una fuente de inspiración. Un instrumento nuevo te abre la mente a nuevos arreglos, texturas… Y a la hora de componer tenemos bastante suerte porque, aunque todos escuchamos mucha música, los referentes que usamos para componer son muy parecidos. No tenemos grandes conflictos de que a alguien no le guste algo. Pero también hay un proceso largo de depuración. Con este disco hemos estado un año trabajando.

-Han tocado con Vetiver en Portugal y les comparan con Devendra Banhart o Animal Collective. ¿Comparten con ellos esa concepción de la música como forma de comunión?

-Sí, es una cosa importante porque le da un valor añadido a la música a la hora de grabar un disco o hacer un directo. Cuanta más gente esté disfrutándolo mayor energía es la que se genera. Y tanto para nosotros como para el que está allí ese momento gana en fuerza. Ése momento en el que alguien elige nuestro disco y lo utiliza en un momento de su vida crea un conjunto invisible del que nosotros pasamos a formar parte. Y si estás tocando y todo el mundo está en ese momento viviéndolo a su forma, pues yo creo que lo nuestro se hace más rico. Es realmente bonito.

-El Monkey Week es antes un encuentro entre artistas, industria y público que un festival más. ¿Es la primera vez que vienen? ¿Qué espera de éste?

-Fuimos hace dos años, y la verdad es que está muy bien por lo que comentas: es una especie de mezcla de quien va a verlo pero también de gente del sector, un encuentro entre grupos. La última vez que fuimos lo disfrutamos mucho. Así que este año esperamos lo mismo. Intentar llegar al mayor número de gente, ver a personas que hace tiempo que no vemos, ver grupos a los que nos apetece escuchar y enseñar el disco, que está recién salido y es la primera vez que vamos a tocarlo de forma íntegra.

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