Músicas contra la peste | Berio

La voz sensible de Luciano Berio

Luciano Berio (Imperia, 1925 - Roma, 2003)

Luciano Berio (Imperia, 1925 - Roma, 2003) / D. S.

En su ciclo de Secuencias, obras para instrumento solista que empezó a escribir en 1958 con la dedicada a la flauta, y le ocupó el resto de su vida, Luciano Berio buscó explotar todas las posibilidades de los instrumentos, que trató con un virtuosismo que no es sólo el de la técnica y la agilidad manual, sino también, y sobre todo, un virtuosismo de la mente y del espíritu, pues como dejó dicho "el único tipo de virtuoso aceptable hoy en día es el virtuoso sensible e inteligente".

La tercera de esas Secuencias, Berio la escribió en 1963 para la que era entonces su esposa, la mezzosoprano estadounidense Cathy Berberian. Está compuesta por tanto para una voz solista, que no sólo canta, sino que se expresa también con susurros, bisbiseos, chasquidos, risas... Así la describe el propio compositor: "La voz conlleva siempre un exceso de connotaciones, sea lo que sea que esté haciendo. Desde el más grosero de los ruidos hasta el más delicado canto, la voz siempre significa algo, siempre refiere más allá de sí misma y crea una gran variedad de asociaciones. En Sequenza III intenté asimilar muchos aspectos de la vida cotidiana vocal, incluyendo trivialidades, sin perder los niveles intermedios o de canto normal".

La obra bordea permanentemente los límites, no sólo de la expresión vocal, sino de lo que suele considerarse música para entrar en el terreno de la performance. La soprano Laura Catrani, una especialista de la música más contemporánea, la lleva justamente a ese ámbito, dándole un aire teatral que conviene tan bien a la pieza como a prácticamente toda la música de Berio, hecha de continuas referencias al pasado y a la memoria. Así enfrentamos hoy al fantasma del bicho, con la fuerza misteriosa de una voz y de la memoria compartida.

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